¿Sabes? todo hay que sentirlo, notarlo, palparlo en lo más profundo de tu ser...

lunes, 23 de abril de 2018

La Princesa Mononoke

Hay un valor importante en la mujer que se siente salvaje o al menos hay un valor importante en mi, que soy mujer y me siento muy salvaje. Es el valor de mi unión con algo mayor que yo misma, que nosotros, que el propio planeta donde vivo. Y es que no hay nada que me haga sentir más en sintonía con mi alma que ver la naturaleza, observar el cielo, amar, sanar, reconocer y crear. Crear constantemente.

Y entre tanto, te has colado con todo el caos que reconozco en mi vida, una fusión extraña donde he bajado parte de mis corazas y donde me he enfrentado a una discusión interna porque no sabía si era el momento y estuve dudando hasta atreverme. Tenía dos opciones: hacer al miedo dueño de mi vida o dar un paso de valentía. 

Di el paso de valentía y me observé reconociéndome de una forma que no había hecho antes. Me di cuenta de lo que pasa cada vez que me observas, cada vez que de repente me ves, cada vez que te digo algo o que nos ponemos a conversar juntos. Y siento toda mi magia diciéndome que tú también eres pura magia, que tienes algo de mago dentro... Y que ese "algo" no es poca cosa. Algo en mí me dice que eres capaz de ver lo que yo no veo.

No es de extrañar ¿con quién podría estar una bruja salvaje como yo? Si no es con alguien que comprenda la existencia sin ponerle nombres o definiciones. Y me encontraste enlazada entre mis precisas creencias, mis experiencias inexplicables y mi voluntad mayor. Desde el primer instante respetaste mi pasión por la naturaleza, también la familia de animales que me acompaña en cada una de mis aventuras... Y de repente, ellos te hicieron un hueco antes de que yo pudiese pensarlo. Y eso me hace recordar una de mis películas favoritas: La Princesa Mononoke. 

Quien ve desde el corazón puede observar en esa película una gran cantidad de arquetipos sagrados, también el arquetipo sagrado de una mujer libre que es acompañada por lobos, mientras contempla y protege lo más valioso: su hogar. Y su hogar es la naturaleza, la pura y sagrada naturaleza. Y entre tanto aquella mujer se encuentra con un hombre que le abre una experiencia nueva: otra clase de amor. Y él no le fuerza a ella a renunciar a su naturaleza y ella comprende por encima de todo su mayor trabajo, sin abandonar su primigenio compromiso con lo sagrado que le rodea. Y quizás hay algo de nosotros en esa película, cuando yo te hablo de la magia del universo y tu no corriges lo que digo, me cuidas y no me haces sentir como una loca a la que le falta algún tornillo. 

Entonces como te dije, lo he visto claro... Lo importante que es un hombre que acompaña a una mujer a ser la versión más poderosa y liberada de si misma. Viendo como se transforma en una fuerza suprema que se presenta con soberanía para crear, compartir, amar y acompañar. Y aún vi más magia cuando me dijiste "Cada día tengo más claro que eres una gran compañera... no me cabe duda" .

Admiro la voluntad de tu empecinado corazón que se propuso esperar con confianza y supongo que también te ayudó alguna petición mayor al cosmos. Estaba tan cerrada que no me atrevía ni a que pasases la pata por debajo de la puerta, huía de algo como una unión real porque pensaba que todas las rupturas del pasado habían ocurrido porque yo hacía daño a los demás. Sin embargo tu paciencia, sin expectativas, y ese cariño que demostraste incluso antes del primer beso... Me hizo replantearme una realidad diferente, una posibilidad de que quizás hay cosas que ocurren y desgarran por dentro para precisamente conocer lo más humano de nosotros. 

Y entre lo más humano, a lo mejor se encuentra el hecho de seguir abiertos a la oportunidad aunque por dentro seamos escombros y estemos hechos añicos. Porque por mucho que intentes huir,cuando el amor que viene es bueno lo mejor es dejarse llevar. 



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