¿Sabes? todo hay que sentirlo, notarlo, palparlo en lo más profundo de tu ser...

martes, 28 de febrero de 2017

E S T R Í A S


Soy una tigresa, no lo digo yo, lo dicen mis estrías. Mi cuerpo tiene la marca de una realidad que nos quieren quitar a golpe de ficticia perfección, mi cuerpo está rebosante de mi vida. 

No, yo no he tenido hijos y a pesar de ello tengo estrías, desde hace bastante la verdad. Otras tienen estrías como la marca de un proceso imborrable en su vida y en su esencia: el proceso de ser madres. 

Diferentes periodos en la vida, cambios corporales que son tan normales como el comer y el cagar y por último genética, estos son los ingredientes imprescindibles para convertirte en una tigresa. Somos muchas tigresas las que estamos en este mundo, algunas huyendo de la realidad intentando embadunarse hasta la saciedad en potingues que luego nunca funcionan, otras mermando su autoestima dejándose embaucar por esas taladrantes campañas publicitarias sobre la perfección en el cuerpo y en concreto a la perfección en el cuerpo de la mujer, y por último estamos nosotras las que aceptamos la realidad porque no podemos hacer nada más. De esa aceptación, lejos de aparecer la resignación, nos inunda una comprensión y un amor propio que nos convierte en invencibles (entonces pasamos a ser tigresas super-heroínas... ¡Enhorabuena! ¡Tú puedes!)

Cuando nosotras le chillamos al sistema que estamos hartas de su juego en relación a nuestra belleza, este ser se achanta y agacha las orejas porque sobre esa energía que nos hace resurgir ya no hay nada que hacer ni nada que absorber (¡jódete sistema! Todo el puñetero día chupándonos la sangre...). Entiendo que no es fácil llegar hasta aquí, las campañas publicitarias con modelos "perfectas" nos inunda la vida, da igual que no veas la tele... en cuanto te bajes a la calle vas a encontrar una pancarta que no cabría ni en el salón de tu casa con una mujer en una pose sexy y una piel que hasta un bebé envidiaría... ¿qué hay ahí? De nuevo nos topamos con la manipulación y cuando de mujeres se trata, esa manipulación me enerva. 

Yo he estado durante mucho tiempo cohibida por la realidad de mi cuerpo, pero no sé si es por la experimentación sexual que he vivido durante estos últimos años, por mi reciente cumpleaños o por mi amada libertad, ahora he tomado la decisión de que ya vale de tanta tontería. Reconozco que no soy perfecta y gracias a reconocerlo me considero y me siento mucho más libre... y cuando comparas la libertad con la perfección, créeme optas por quedarte con la primera. 

Recuerdo que apenas usaba faldas ni pantalones cortos, tenía muchísima vergüenza de estar en bolas delante de una persona o de ponerme en bikini en la playa... buscaba sigilosamente los sitios más escondidos o donde pasase más desapercibida y todo era por mis estrías (a las cuales les debo un poema y seguramente más adelante se lo escriba). ¿Y ahora? Pues ahora sigo siendo esa chica con estrías: en el cuelo, en las piernas, en la cadera y en las tetas... ¿y? No, en serio... ¿y? No entiendo qué me daba tanto miedo, volví complejo algo tan sencillo como aceptar que así es muchas veces la naturaleza. Con el paso del tiempo y sobretodo con la recuperación del poder personal, pasas de odiar esa parte de ti misma y que siempre te va a acompañar, a sentirla como una parte fundamental de tu vida... ¡mis estrías también forman parte de mi! Y como me han influído a nivel emocional, de alguna manera constituyen también los procesos que he vivido y que me han llevado a ser quien soy hoy en día ¡gracias estrías! (sí, soy la tia rara que le da las gracias a sus estrías, también tengo celulitis otro día se lo daré a mi celulitis). 

Temía que alguien me juzgase por ello, me aterrorizaba que no fuese lo suficiente para otra persona por el físico... Y sin embargo, hoy en día y en esta soltería que estoy empezando a disfrutar de nuevo, si quisiera a alguien a mi lado me gustaría que fuese por como soy por dentro y no tanto por aquello que muestro físicamente, porque mi físico no depende de mi, no tiene ningún mérito... el 90% es genética y solo un 10% es el resultado de tus ejercicios. Y sí, digo el 90% porque tanto el color de ojos, como el color de tu vello, de tu pelo, el tono de tu piel, el tipo de sonrisa, la forma de tu nariz, la forma de tus uñas, la forma de tus pies... Todo eso es genética, claro, es una genética que puedes modificar a golpe de bisturí pero... ¿para qué? ¿No será más fácil aceptarse y gastarse esos miles de euros en dar una vuelta por el mundo? Digo yo... aunque eres muy libre de hacer lo que quieras. En mi caso he decidido aceptarme, así siento que voy más en favor de quien soy y me genera menos heridas, me siento más conectada y ante todo me siento más real. 

En una ocasión estaba con un chico y le reconocí mi baja autoestima relacionado con mis estrías, él me dijo "si hicieses deporte te pondrías tan potente que te darían igual tus marcas de tigresa", a día de hoy siento que aquel comentario no fue para nada acertado (si lees esto no me odies, es que a veces decías cada mierda...) no se trata de ponerte potente de piel hacia afuera, no se trata de tener un culo duro... de qué te vale trabajar la materia si no lo pones en práctica con la parte de dentro, el complejo no desaparece porque aunque intentes reforzarlo con un mejor reflejo mirándote en el espejo, en realidad esta carencia de amor propio habita dentro de ti y te aseguro que puede llegar a convencerte de que todo lo que hagas es insuficiente. 

Yo hago deporte, no todos los días pero sí intento tener una vida más o menos activa, no lo hago para mejorar mi cuerpo y por eso decido no exigirme de más, lo hago porque me entretiene y me gusta. No, no busco mejorar mi fondo físico, lo que busco es desconectar de todos mis pensamientos cuando estoy haciendo series o entablar conversación con quien me acompaña. Busco mover mi cuerpo y no convertirlo en una máquina de perfección fibrosa (aunque respeto a aquellos que sí busquen esta meta). 

Prefiero abrazar mis estrías, saber que están ahí, que a veces parecen desaparecer y que otras veces aparecen más intensas. Prefiero ser como soy, sin filtros, esto es lo que hay: mi imperfección en todo su esplendor. 

"Tu cuerpo no está arruinado. Eres una tigresa que se ha ganado sus rayas"

QUE EXPERIMENTE BAJONES NO SIGNIFICA QUE SEA NEGATIVA.


Soy un ser humano, esta no es una excusa es una realidad. El ser humano tiene y vive en un mundo lleno de ciclos emocionales, por decirlo de algún modo, son procesos con sus subidas y sus bajadas, algo natural puesto que nos afecta e influye también nuestro entorno. 

La vida es precisamente eso, un camino lleno de momentos distintos, de emociones diferentes de muchas versiones de nosotros mismos; dentro de esta vida yo soy humana. Como humana me permito experimentar cada emoción y cada sentimiento, me abro a los cambios, a las necesidades, a las opiniones, a observar, a probar, a decidir... y todo ello implica un respuesta por parte de la vida que me puede afectar de manera buena, mala o regular, igual que a cualquier otra persona. 

Muchos huyen de la realidad de vivir, la realidad de vivir implica que NO siempre vamos a estar bien y que NO siempre todo va a ser como un camino de rosas, a veces estaremos de bajón y en ese momento tendremos contacto con nuestro maestro interior que nos guiará y acunará hasta encontrar el aprendizaje que necesitamos, este camino puede durar unas horas, unos días o incluso semanas, pero nadie tiene el derecho de criticarnos por ello. 

Desgraciadamente en este "nuevo despertar" que estamos viviendo, sobretodo en esta nueva re-educación de nuestra cabeza y modos de vida, a la par que se intenta difundir una perspectiva positiva sobre el mundo, hay promoviéndose por otro lado una perspectiva que enjuicia a los procesos en los que creemos que no hay nada positivo o constructivo... por ejemplo, cuando estamos tristes o rabiosos, cuando nos sentimos frustrados, cuando estamos dolidos o cuando sentimos pena o desconsuelo... De ahí se saca la subjetiva opinión de que las personas, aunque vivan esto de manera esporádica y efímera, se convierten (o les dicen que son) negativas ¡Pues no! Yo experimento bajones y no significa que por ello sea negativa, hay procesos que escapan a mi total control que me hacen vivir temporalmente con tristeza o desgana o incluso pueden chafarme un poco, pero no soy negativa por ello, remarco que soy humana y eso es lo que implica. 

Creo que todos necesitamos experimentar un amplio abanico de emociones, considero que ahí se esconden importantes aprendizajes y que es precisamente conviviendo con ellas, lidiando con sus pruebas y saliendo victoriosos cuando hallamos el verdadero significado de la experiencia y la madurez. Huir de determinadas emociones, además de ser antinatural, nos lleva a un falso camino donde no podemos dotarnos de las herramientas innatas que merecemos y necesitamos. Por poner un ejemplo, cuando alguien sufre un periodo de luto aprende muchas cosas de si mismo, si realmente quiere verlas, algo que refuerza su persona y su valor personal, porque conocernos es lo único que nos puede aportar una verdadera seguridad. 

Como decía esta actitud que se generaliza, de pensar que alguien es negativo simplemente porque pase una mala racha o se vea, en un momento determinado, desbordado por una situación inesperada... se convierte en una adversidad para lograr comprender todas nuestras capacidades emocionales y psicológicas, así como para acrecentar nuestra capacidad empática cuando compartimos tiempo, conversaciones o experiencias con los demás. Considero que es fundamental estar dispuestos a percibir lo que nos toca en cada momento y creo que es fundamental sobretodo para un mejor desarrollo de la sociedad y de nosotros como individuos individuales que influímos en todo el entorno que nos rodea. 

¿A qué resulta muy desgradable cuando lloras y ya te juzgan como alguien negativo? o cuando te sientes perdido, desolado o con miedo... Es una sensación desgarradora, porque por si no fuese poco encontrar la paz en ese océano salvaje de emociones ese juicio que hacen sobre tu persona te coloca una piedra aún más pesada con la que también tienes que trabajar... y esa piedra es la piedra de hacer resurgir tu valor personal y demostrar a los demás quién eres. Para ello no debes desprenderte de la noche a la mañana de las emociones que estés viviendo, lo que creo que debes hacer es dejar las cosas muy claras y poner los límites necesarios para que las personas, con su facilidad a la hora de abrir la boca, no digan algo incoherente y doloroso. 

En una ocasión me ocurrió que estaba con un chico y me despidieron del trabajo en el que estaba, para mí fue un golpe totalmente inesperado y que me dolió mucho porque desbarajustó gran cantidad de mis planes de futuro, aquel día lo llevé muy mal y me vino un gran temor a pasar hambre o pasarlo realmente mal, un horrible terror a la carencia... me derrumbé y me puse a llorar. Como todas esas emociones eran demasiado fuertes para mí, sentía que no podía gestionarlas sola, entonces busqué el apoyo del chico con el que estaba el cual me respondió con un "siempre te he dicho que ser tan negativa no te ayuda"... aquellas palabras se quedaron selladas dentro de mi, como si las introdujeran con fuego y lejos de permitir que me hiciese convencerme de que era negativa, respondí con toda la rabia que salió en mi defensa, arropándome y demostrando cual es la grandeza de mi persona "yo no soy negativa, solo estoy experimentando un bajón porque he sido despedida, si fuese negativa no habría sobrevivido a todas las dificultades que he encontrado en mi vida". He de reconocer que aquello que escuché me dolió muchísimo, sin embargo con el paso del tiempo me ha hecho sentirme más orgullosa de mi misma y no por la persona que lo dijo, si no por la parte que permití emerger antes de que me pusiese el peso de la negatividad sobre mi persona. 

Además de eso, le advertí de que debía ser más cuidadoso con lo que decía a los demás porque en mi caso se topó conmigo, de personalidad fuerte y con las ideas muy claras en relación a quien soy, pero... ¿y si llega a encontrarse a alguien con menos fuerza y mucho más frágil? Podría haberle hecho un daño imborrable.

No somos conscientes de que a veces un juicio hacia alguien es igual que colocarle un pie sobre la cabeza y mantenerlo controlado, dominándolo desde una perspectiva destructiva y de poder desmedido. No sé muy bien qué se le cruza a las personas por su cabeza cuando llaman a alguien negativo, sobretodo cuando se lo llaman a alguien que vive algo de manera temporal y que seguramente la mayoría de las personas responderían con las mismas emociones si lo probasen en sus carnes. 

A partir de ahora recuerda que da igual lo vulnerable o débil que te sientas, nunca permitas que nadie te llame negativo, te aseguro que si lo fueses ni siquiera el hecho de que te lo digan te ayudaría a mejorar, los prejuicios y críticas nocivas hacen un flaco favor a la evolución de las personas. Siempre existe un método y una actitud más constructiva con la que iluminar a los demás. 

lunes, 27 de febrero de 2017

¿A qué sabe el fracaso?


En serio... ¿a qué sabe el fracaso? Llevo 25 años sin fracasar ni un solo día; la palabra fracaso es solo para aquellos que quieren creer que existe.

Yo no fracaso, ni lo haré nunca porque yo me reconstruyo a cada paso y eso, siempre, es una victoria. 

Fracasa aquel que piensa que va a fracasar o aquel que se convence de que el fracaso existe, aquel que se ha aferrado a la idea de que todo concepto deber tener un antónimo (si creemos en el triunfo nos sentimos en la obligación de creer o intentar generar su contrario)... Pero que alguien me diga a qué sabe el fracaso, sobretodo porque cuando por fin te has convencido de que eso no existe para tí nunca lo saboreas. Sí, nosotros como seres con capacidad para la creación tenemos también capacidad para destrucción y por eso, desde hoy hasta siempre, transmuto y destruyo la idea de fracaso en mi vida, en mi existencia y en mi alma. En primer lugar porque no creo que eso exista o sea real, por otro lado porque como dije en estos veinticinco años no he fracaso ni una sola vez y por último, por si acaso estoy equivocada, remarco más lo que realmente merezco: lo mejor (y creo que lo mejor está lejos de la idea actual que tenemos sobre el fracaso).

Quiero que sepas que tú tampoco has vivido el fracaso porque la vida es proyectar, construir y aprender, sé que es difícil desligarse de ese concepto porque vivimos en un sistema construido de manera que defiende la diferencia entre ganadores y perdedores, basado en una competencia continua y por si eso fuese poco a esos perdedores les suelen poner siempre el traje del fracaso... quien se inventó esta palabra creo que no estaba muy en sus cabales o sinceramente no llegó a entender el verdadero significado de su camino de vida. 

¿Cómo vas a hallar fracaso en un camino que te hace construirte constantemente? Y que esa construcción hace emerger, siempre, la mejor versión de ti... que alguien me lo explique, porque entonces es que solo creemos en un concepto que no está presente más que para aquellos que se han dejado embaucar. Resurgir con nuestra mejor versión es siempre algo positivo, es un éxito y por lo tanto es algo excelente, cosa que ocurre conforme más nos vamos alejando de conceptos castradores y autoritarios basados en complejos, miedos, comparaciones y luchas continuadas. 

El fracaso es para aquellos incapaces de amar la belleza de la vida, incapaces también para observar el momento presente y que normalmente viven esclavizados por ideas manipuladoras relacionados con un sistema demencial que promueve la deshumanización y la cosificación, así como una competencia entre y con nosotros mismos desde una perspectiva destructiva y negativa.

Dicho esto... ¿a qué sabe el fracaso? Porque yo creo que la inexistencia no sabe a nada, es vacío... Espero que con el tiempo logremos vaciarnos de este juicio y llenarnos del enriquecimiento que merecemos.

sábado, 25 de febrero de 2017

Como yo experimento la muerte


No sé si lo de hoy es lo más apropiado o lo más inapropiado que voy a escribir en mucho tiempo. Precisamente el 25 de febrero de 2016 murió mi abuelo de manera repentina, nadie se lo esperaba y aunque si bien es cierto que no está enterrado y yo no visito objetos, a veces me permito visitar los recuerdos que descansan en mi alma.

El luto que aparece de sorpresa en momentos donde no llevas arrastrando un proceso que te permita hacerte a la idea, de manera progresiva (como en estados de enfermedades terminales...), parece como una carga impuesta, quizás es porque la idea de la muerte y nuestra armonía con todo lo que ello conlleva nos parece imposible de alcanzar, a fin de cuentas vivimos en un sistema y sociedad que nos bombardea con la vida desde una perspectiva infinita, consumista e idealizada. Al igual que el otro día hablé sobre la vida, explicando que es un reflejo de la relación que tenemos con ella, 

Hoy me voy a permitir el lujo de hablar, desde mi perspectiva, sobre la muerte, la indeseada y temida muerte... algo que iguala a ricos y pobres, a ganadores y perdedores, a niños, adolescentes, adultos y ancianos. Antes de nada quiero que sepáis que no estoy en contra de cada uno viva su luto como necesite, quizás solo una recomendación de intentar no hundirte en él, pero es comprensible los procesos en los que el anhelo vuelve y nos sentimos de nuevo echando de menos, es comprensible que se necesite tiempo y por supuesto es comprensible que emerjan muchas emociones distintas.

La muerte es una condición inevitable que nos pone los pelos de punta, nos eriza la piel y forma parte incluso de la mayoría de miedos que hay en el mundo, esto último es lógico porque la parte positiva del miedo es precisamente mantenerte con vida (sin miedo moriríamos antes, siempre y cuando no convirtamos el miedo en un epicentro de nuestros pensamientos y emociones).

Cuando nacemos y vamos creciendo nadie nos educa en favor de comprender la muerte y aquellos que lo intentan en ocasiones son juzgados, porque en este mundo de libertad de pensamiento y creencia existen muchas ideas diferentes sobre la muerte. Esto se debe a que muchos solo piensan que la muerte en un final y punto, sin embargo existe otro porcentaje de personas que creen que la muerte es un paso más en nuestra evolución como seres divinos.

Sea como sea, centrémonos solo en la muerte, en cómo afecta a la vida y en cómo ambas están relacionadas entre ellas desde que existen seres vivos en este planeta. Sea final, principio o continuidad existen dos partes principales que son influidas por este acontecimiento, por un lado tenemos aquel que muere y por otro aquellos que aún viven. Ya sabemos quien lo tiene más fácil, porque los que se quedan son quienes tienen que lidiar con una realidad que forma parte de su rutina y sobretodo tienen que hallar la manera de hacer consensos con sus propias emociones.

Y en esos me voy a centrar: en los vivos y en una nueva manera de lidiar con la muerte. En mi experiencia personal muchas veces añoro a personas que se han muerto, aunque entiendo que todo lo que me han transmitido y enseñado, todo aquello que he podido observar de ellos, es una realidad imborrable en mi persona y en todo lo que haga. De alguna manera me consuela saber que si ellos han logrado influenciarme positivamente, su propia energía como seres únicos y humanos será reflejada en todo lo que haga y por lo tanto seguirán presentes, aunque no sea en persona, en este planeta.

Doy por hecho que la mayoría de las personas que leéis este blog tenéis una mente abierta y seguramente ideas espirituales, pero por si acaso eso no fuese así voy a hacer esfuerzos por centrar esta entrada en motivos terrenales y tangibles, para que precisamente sea esa parte de vosotros la que más consuelo encuentre ahora que alguien ya no está. Sé que suena a tópico, lo que he comentado antes... algo así como "los que se van siguen en nosotros" pero es cierto, cada persona que convive contigo, que te conoce... te deja una parte de si mismo dentro de tu ser. Entiendo que esto, dependiendo de la profundidad de la pena puede no llegar a ser suficiente, por eso también quiero que entendáis que además cada persona ha hecho posible que estés donde has llegado, de alguna manera la influencia externa nos moviliza y nos hace crecer, de esta forma tomamos decisiones sobre nuestra vida y llegamos a puntos importantes en nuestro crecimiento y camino personal, puede ser difícil seguir con esos objetivos una vez que aquella persona que nos ha influenciado ya no está, sin embargo aunque nos cueste reconocer, esa responsabilidad es para y con nosotros, porque en realidad igual que quien se ha ido vivía por y para si mismo, tu vida también es por y para ti, es un regalo que se te ha otorgado a ti, aprovéchalo.

Otra cosa que podemos aprender cuando alguien muere es a vivir sanamente, esto implica saber convivir con la ausencia y además motivarnos, cuando nos sintamos preparados, para poder exprimir esta experiencia terrenal de la manera más enriquecedora posible. En algunas ocasiones la muerte de alguien ha resultado ser la mejor inspiración para otra persona que queda viva, ese shock le ha motivado y empujado no sólo a superar todos sus miedos, si no ha poder disfrutar con entusiasmo de lo que significa estar vivo.

En mi caso, la muerte de mi abuelo por ejemplo resultó una herida profunda pero por otro lado mi nivel de comprensión y admiración se acrecentó. Los procesos emocionales por los que pasé sola me hicieron reforzarme y volverme una persona mucho más preparada para cualquier acontecimiento, por si esto fuese poco las enseñanzas que me había transmitido mi abuelo y que hasta entonces no había observado con tanta atención, echaron raíces dentro de mi y comprendí muchísimo más las cosas que realmente importan de estar vivo, cambié partes de mi persona y activó un interruptor de triunfadora que hasta entonces parecía haber estado apagado. Mi abuelo se convirtió en un ejemplo a seguir, 86 años de camino lleno de amor, armonía... y en su ausencia nunca nadie dijo nada malo de él, eso es realmente admirable.

Es evidente que en muchos momentos le echo de menos, su optimismo era contagioso y siempre tenía una frase positiva para la vida, basada en unos pilares de experiencia personal muy sólidos y consistentes, ya que su propia vida no ha sido lo que se dice precisamente "un camino de rosas". Gracias a su muerte comprendí la belleza que engloba la ausencia de alguien, una ausencia eterna en esta vida y todas los cambios, transformaciones y transmutaciones que ocurren cuando alguien ya no está.

Cuando una persona se marcha se lleva consigo muchas cosas, entre otras todas nuestras ideas, comodidad, estabilidad, normalidad... que sentíamos con su sola presencia, se lleva parte de esa paz que había porque lo teníamos integrado en nuestros días, en nuestra vida y porque, seamos sinceros, no somos del todo realistas con que cualquiera puede morir inesperadamente, para eso tocamos madera y preferimos imaginar que son cosas excepcionales que a nosotros no nos van a ocurrir... Esto nos hace alejarnos de la realidad, de hecho es una mentira en la que nos apoyamos para seguir adelante. Sin embargo, a pesar de que esa persona se vaya también deja muchísimas cosas en ese hueco que ya no llena físicamente, son cosas que nos cuesta observar la primera vez y las dejamos un poco aisladas hasta que nuestras lagrimas paran y podemos observar más allá de la tristeza, en ese momento vemos que aquellas semillas han germinado y tenemos un enorme vergel florecido del que también emerge parte de nuestra persona, parte de nuestro futuro y evidentemente una gran parte de nuestro presente.

Ojalá algún día podamos admirar el valor que tiene la muerte, más allá de la tristeza y del pesado trabajo de desapego que implica, cuando la muerte aparece no se lleva nada a cambio de nada, siempre siempre deja regalos que sólo podemos ver si abrimos los ojos y no nos obcecamos con nuestra imperiosa necesidad de una vida perfecta. Yo creo que precisamente la perfección de la vida es precisamente esa relación que tiene con la muerte.

Como he dicho antes, en un primer momento el dolor es insoportable y en muchas ocasiones puede llegar a ser inevitable, pero cuando los océanos se calman... hay un paraíso dispuesto para nosotros, un paraíso en el que poder apoyarnos y reafirmarnos pero sobretodo del que sentirnos orgullosos y dar las gracias por haber tenido la oportunidad de conocer a esa persona que ya no está y también por haber podido disfrutar de esa persona como un maestro, porque al final quienes nos rodean son maestros.

El tiempo te ayuda a que la tristeza cambie de forma, las lágrimas se convierten entonces en una sensación diferente, no lloras ni ries pero sientes cierta paz... añoras y ves todo en lo que repercute la ausencia de alguien, como la vida hila y conecta y eso nos convierte en piezas de un puzzle enorme... cuando una pieza falta todo lo que hay alrededor se ve influenciado y sufre cambios, se adapta de otra forma... a veces esas formas no nos parecen las más adecuadas, sobretodo si quien muere es un pilar fundamental en una familia, entonces todo se des-estructura y va directo a la desarmonía y al caos, puede incluso que algunas personas dejen de hablarse. A mi parecer ahí hay mucho más, es mucho más que desequilibrio, es un cúmulo de emociones no transmutadas y por supuesto una evidente falta de aceptación, también es porque la muerte muchas veces despierta la parte "mas oscura" de cada uno, ya que es parte de su trabajo como transformadora, en estos casos solo nos queda sacar lo mejor de nosotros y darle tiempo para que cada cosa vuelva a su lugar.

Espero que este texto, dedicado principalmente a mi abuelo, os ayude a comprender mejor y sobretodo os libere algo de peso de vuestra tristeza.

Gracias por haberme enseñado a ser mejor.
(Incluso con tu ausencia).

viernes, 24 de febrero de 2017

T I B U R O N A


- Se la ve muy oceánica... ¿Tiene ud. sangre de sirena?
- ¡No! ¡Perdona! Tengo sangre de tiburón. 

Hace algún tiempo descubrí esa profunda realidad sobre mí, de hecho si no recuerdo mal hay algún post en este blog (y en mi facebook personal) que hace referencia a los tiburones. El tiburón es un animal excelente y maravilloso a pesar de la mala fama que hemos generado sobre él, pero si lo observamos más allá y si vemos todas las culturas, relacionadas con el océano y el mar, que veneraban esta criatura comprenderemos mejor al tiburón. 

Yo no me he considerado nunca una sirena, no quiero realizar cantos ni tampoco quiero iluminar lo más oscuro de los demás, que es lo que hacen las sirenas, ese trabajo no es para mí... ese trabajo es individual y cada uno debe encontrar el modo de cómo lograrlo. Yo soy una tiburona, yo me muestro tal y como soy a pesar del prejuicio que pueda ocasionar, sin miedo y quien me quiera amar y quedarse conmigo será protegido por la mayor fiereza que existe en el mundo animal y quien no... solo se llevará consigo mismo la idea equivocada de mi persona. 

El tiburón es uno de los maestros de los océanos y los mares, algunos de ellos llevan aquí más tiempo que la propia especie humana, conocen secretos y sobretodo conocen el poder de la templanza, de la protección, del saber estar y ante todo de los límites. Normalmente se relaciona a los grandes empresarios con tiburones, algunas especulaciones hablan incluso de que ese tipo de personas que llegan a ser grandes ejecutivos tienen en su energía un tiburón y es precisamente esa fuerza lo que les ayuda a lograr todo lo que se proponen... No me quiero lanzar tanto a la piscina como para negarlo rotundamente, porque ya he comprobado que cuando niegas algo de forma rotunda siempre sale la excepción para tocar un poco la moral, sin embargo me gustaría abrir un hueco, un pedazo, un momento a otra realidad, en esa realidad me gustaría que con mis palabras os haga llegar otra imagen sobre el tiburón que algunas personas llevamos dentro (o que somos, en silencio o a voces). 

Este animal tan mágico está relacionado con el poder, todo lo que engloba al poder, por eso su sola presencia pone la piel de gallina a cualquiera... Este es el motivo también por el cual forma parte de pesadillas indescriptibles, sensaciones incómodas en el mar (incluso sin verlo) o incluso un terror desmedido que nos lleva a desprestigiarlo y colocarlo con un papel de villano muy perverso rebosante de la mayor maldad jamás comprendida (irónico que venga de nosotros). Repudiamos a los tiburones y esto es una realidad, los tiburones están protegidos pero les repudiamos, los capturamos para hacer sopas con sus aletas mientras dejamos sus cuerpos agonizantes ahogándose en el fondo del mar, los arrastramos con nuestras redes de pesca, acabamos con su sustento y los desplazamos constantemente, sin comprender sus procesos de gestación, celos, apareamiento... porque realmente no sabemos tanto de los tiburones como nos gusta creer (y como nos engañó Steven Spielberg promoviendo aún más el odio por un animal tan ancestral e importante). 

Cuando reconocí la parte del tiburón dentro de mí la verdad es que fue una especie de "shock" (comprendiendo la palabra "shock" como algo que te deja marca), un shock con efectos positivos donde me pude hundir en mares de mi persona que hasta ahora no había sido capaz de ver. 

El tiburón me puso entre la espada y la pared; por un lado sus enormes fauces capaces de arrancarme la cabeza y por otro lado... por otro lado no tenía nada, estaba totalmente acorralada contra una sombra, un obstáculo, un muro... que me impedía retroceder, desaparecer o salir huyendo, a si que me dejé vencer y dije "que sea lo que Dios quiera..." Y entonces Dios mostró que quería mucho y por supuesto también me mostró que ME quería mucho, igual que a todos vosotros. Aquella primera impresión con el tiburón se quedo sellada en mi persona, pero no ha sido hasta ahora cuando he podido observar realmente parte de su primer mensaje (solo del primero, tengo unos cuantos en cola para ser desmenuzados, comprendidos e integrados).

El tiburón es el rey de las sombras, pero no porque pertenezca a ellas, si no porque pasa desapercibido sin ser dañado, esto le sirve para huir de sus propios depredadores y a la vez para conseguir su sustento. Los colores oscuros o negros de la mayoría de tiburones son una técnica de camuflaje natural, profundizan en las aguas y con su propio color pasan desapercibidos como si fuesen solo la oscuridad del fondo... ¡hasta que re-aparecen!. Además muchos tiburones necesitan movimiento constante, entre otras cosas para poder respirar, así funcionan sus branquias las cuales filtran el agua a través del movimiento que realiza este animal. Por si esto fuese poco poseen un potente sistema inmunológico y algunos sentidos mucho más desarrollados que en cualquier otro animal. 

Los tiburones suelen ser solitarios, inteligentes (se ha demostrado que realizan estrategias de caza y aprenden de sus errores), curiosos y un prodigio de animal que hoy en día sigue sobreviviendo, aunque por desgracia nosotros cada vez se lo ponemos más difícil. 

Con todas estas habilidades que os he descrito del tiburón, y me he quedado corta porque tiene unas cuantas más, os podéis ir haciendo a la idea de lo mucho que he aprendido con su contacto interno y que seguramente todos los que estáis leyendo esto tenéis también algo de tiburón dentro de vosotros. 

Una de las cosas más importantes que me enseñó es a ser yo misma y que me diese absolutamente igual lo que opinasen los demás, por eso el tiburón se muestra tal y como es, no esconde su parte fiera bajo unos labios, unos ojos atractivos o una cara de cachorrito... En la mayoría de especies se deja entre ver sus filas de dientes que dicen "esta es mi defensa, mi seguridad y mi fuerza..." Aunque eso no signifique que siempre las usen. El tiburón ve el interior de cada ser, nada siempre entre varios mundos que nosotros no queremos ni oír hablar, su energía tiene la habilidad para adaptarse a las circunstancias conservando la presencia del animal que son y además tienen contacto directo con energías, a las que nosotros llamamos dioses o maestros ascendidos. Como todo ser, tiene una parte de luz que es muy potente, aunque creamos que no y una parte de oscuridad, de menor intensidad a la que percibimos hoy en día (bastante menor). 

El tiburón es un animal iniciatico, contacta con las almas que son antiguas y las lleva al reencuentro con la parte soberana, poderosa y mágica de su ser. Les enseña a ver la profundidad de las personas y a nadar a diferentes niveles, no se anda con chiquitas y sus juegos no son de niños... son de adultos comprometidos y sin un atisbo de miedo. El tiburón es un transformador, trae mensajes sobre la realidad que tanto nos cuesta aceptar (la muerte) y sobre el presente de nuestra persona. 

Además de todo esto, una de las cosas más intensas que aprendí del tiburón es a cuidar de mi misma y a amarme profundamente. Como animal autónomo, individual... animal que se separa de su madre nada más nacer (de forma ovípara o ovovivípara) debe salir nadando lo antes posible porque en ese preciso momento ya puede ser una presa idónea para el estómago de su progenitora. Si enfocamos esto desde una perspectiva humana y sanada, vemos que la fuerza del tiburón se encuentra precisamente en que desde el primer día de su existencia debe lidiar y trabajar con la realidad de que está él consigo mismo y para si mismo, aquí no hay grandes grupos de apoyos (como en animales que viven en manadas), tiene su fuerza vital y su amor propio para si mismo. 

En este sentido, cuando siento que su presencia está de nuevo cara a cara conmigo, uno de los mensajes que suele decirme es: "¿te estás cuidando lo suficiente? ¿estás mirando por ti?". Por supuesto el tiburón es un guerrero, un "warrior" en toda regla que transmite también esa vibración a todos aquellos que conectan con su esencia... veneramos a los mamíferos porque les sentimos más cercanos a nosotros, es un concepto biológico, pero cuando somos capaces de venerar al tiburón... ahí comprendemos de verdad el concepto de "guerrero de la luz". 


jueves, 23 de febrero de 2017

¿Qué relación tienes con la vida?


Hoy descubrí una cosa muy evidente y pareceré un poco tonta al compartirlo, sin embargo lo he visto necesario: la relación que debes tener con la vida, para que funcione de forma constructiva y optimista, es la misma clase de relación sana que deberías tener con una persona. Seguro que no he descubierto nada nuevo pero para mí esto abre un montón de motivos y de experiencias de mi pasado, también entiendo mejor mi situación actual y cómo convivir con las situaciones venideras que escapan a mi control. 

Algunos ya habréis entendido hacia donde va este artículo, para los que no solo debo deciros una frase: igual que ocurre con las relaciones de pareja, con la vida si no hay confianza no hay reciprocidad, ni libertad, ni experimentación expansiva, ni sensación de dicha. Ahora sí ¿no? Pues sinceramente haber llegado a este pensamiento me hace sentir una persona mucho más en calma, pues el trabajo que tengo que hacer con la vida es más sencillo de lo que creía (aunque requiere de sus propios ejercicios por supuesto). 

Nadie te dice que confíes en la vida como en un buen amigo ni como en una pareja excepcional, no, todos te dicen que la vida es dura (¡nos ha fastidiado! duro es todo...) y se quedan ahí y tu te quedas ahí también, con lo que te han introducido haciéndolo formar parte de tu esencia, de tu estructura de pensamiento, de tu filosofía y de tu modo de ver las cosas pero... ¡no! La vida responde positivamente si tú la tratas positivamente, ok tiene sus momentos que no son tan "gloriosos" y "maravillosos" como a nuestra mente subjetiva le gustaría experimentar sin embargo "la vida" forma parte de un camino mucho mayor, un camino divino que se construye y deshace muchas veces al margen de nuestra elección (y no sabéis la de obligaciones que no cargamos gracias a eso... son un montón). 

El caso es que bueno, no sé si resulta fácil o difícil llegar a este punto reflexivo pero a mí me ha resultado impactante. He comprendido entonces porqué las cosas no encajan como a mi me gustaría y porqué por mucho que crea una cosa ocurren otras... la vida funciona como un "ente" con vida propia (valga la redundancia), dicho así puede dar hasta miedo sin embargo creo que es el momento de que le demos esa capacidad a todo lo que nos rodea, así funciona la vibración de la energía, con sus propios niveles vibracionales que actúan de manera individual y pueden ser también influenciadas por otras fuerzas energéticas, como la nuestra propia. De esta manera funciona también la vida, dicho de otro modo, la vida comprende, actúa también desde su propio libre albedrío pero responde, es evidente que responde; responde a nuestros avances personales, a nuestro trabajo propio y a nuestra capacidad sobretodo para aportarle y no lo digo desde una perspectiva egoísta, todo lo contrario, considero que es fuera de este punto de vista en relación a la vida cuando actuamos egoístamente. 

Si no comprendemos que la vida también necesita y merece ser cuidada, igual que haríamos con una persona, que también merece y necesita ser perdonada, amada, protegida... si no comprendemos eso y solo le pedimos, le regañamos, nos enfurecemos y nos enfrentamos, estamos actuando de forma egoísta, igual que ocurriría en una relación sentimental-emocional-personal con otro individuo (o incluso si somos francos con nosotros mismos). 

Llegados a este punto creo que se simplifica mucho más la sensación de vivir y se comprende qué hemos estado experimentando hasta ahora (no siempre pero sí en muchos casos) porque seguramente hasta ahora has estado experimentando un reflejo, un rebote, de lo que tú hacías con la vida... Si no actúas de manera impecable ¿por qué ella lo va a hacer contigo?, si no la amas ¿por qué te va a amar?, si no la cuidas... ¿por qué te va a cuidar?. Yo por lo menos no lo haría, sin embargo y a pesar de esto ella nos da mil oportunidades, como una pareja locamente enamorada de nosotros que nos perdona todos nuestros errores con el esperanzador pensamiento de que tomemos consciencia y cambiemos, que modifiquemos aquello que solo nos corresponde a nosotros y sobretodo seamos capaces de pedirle perdón y de perdonarnos para lograr que esa relación, que hasta ahora no había sido sana, cambie y se convierta en esa armonía que merecemos experimentar cada día. 

También debemos dejar de culpabilizar a la vida por todo lo que nos ocurre, a veces ella tiene unas obligaciones en pro a nuestro camino que no cuadran en absoluto con nuestro "ideal" pero esto no es malo, es natural. Sin embargo lo que es dañino y malo es nuestra incomprensión en relación al roll que ejecuta, en relación al papel que realiza en el mundo y en el universo. Resulta más fácil culpabilizar que aceptar, pero imaginaos cómo os sentiríais si alguien os intenta hacer culpable por algo que es vuestra obligación realizar o llevar a cabo... sería realmente injusto no solo para vuestra persona, si no también para vuestro papel fundamental en el universo (e incluso para el universo mismo que os ha posicionado en ese lugar). 

De esta manera y ahora que habéis profundizado más en este descubrimiento al que he llegado, de nuevo realizo la pregunta y esta vez de manera individual para que cada uno pueda sumergirse en solitario dentro de ella: ¿qué relación TIENES con la vida? ¿qué relación TENGO con la vida?.

 En esta pregunta se engloba aspectos muy amplios, entre los que cabe destacar: si es o no es una relación sana, si me siento o no me siento cómod@, si creo o no creo que es injusta, cómo definiría la vida en una sola palabra y ante todo... ¿estoy portándome como una buena pareja de la vida? Porque sí, nosotros tenemos una relación emocional con la vida, es una hecho (si no, no podríamos estar vivos ni vivirla) por eso os hago el símil con relaciones entre personas, para que de alguna manera podáis visualizar a la vida en el lugar que le corresponde y en todo su esplendor, tal y como es.

Ahora que has descubierto esto (o no lo has descubierto pero de nuevo has caído en la cuenta de ello) espero que la próxima vez que alguien te pregunte qué tal la vida, tu puedas responder con algo constructivo porque por fin has integrado tu relación con la vida y la relación que tiene ella contigo: compartiendo confianza, afecto y ante todo comprensión.

miércoles, 22 de febrero de 2017

Sexo...



El sexo se ha convertido en nuestra píldora sanadora para casi todo; ¿tienes estrés? sexo, ¿tienes soledad? sexo, ¿tienes aburrimiento? sexo, ¿tienes euforia? sexo, ¿tienes vacío? sexo, ¿tienes enfado? sexo, ¿tienes miedo? sexo... De esta manera una de las experiencias terrenales más placenteras se ha convertido en el ansiolítico o "tratamiento para todo" más barato que existe, una caja de condones no sale muy caro y gracias a los avances con las redes de contacto y de la libertad en el pensamiento encontrar alguien dispuesto a tener una mañana, tarde o noche de sexo es una tarea muy sencilla, demasiado sencilla.

Me encanta el sexo como a la mayoría de adultos y como los que viven en una sociedad occidental también lo he usado como basurero para intentar deshacerme de emociones que no me apetecía gestionar, lo he utilizado como algo mucho más banal de lo que, con el tiempo, me he dado cuenta que es. He utilizado a alguna persona solo por sexo y la he despedido después con un rápido "adiós", tras haberme levantado alguna ampolla porque era evidente que ese camino no era el correcto para lo que yo necesitaba.

A través del sexo también me he sentido sucia, manipulada o utilizada, como casi todos las personas que he conocido. El sexo es una atracción muy poderosa de donde emergen nuevas situaciones y energías, sin embargo nadie nos explica eso cuando vamos a clases de sexualidad y sin embargo nos enseñan a poner un condón en un pepino. Arrastramos la pesada carga de la importancia de la virginidad pero una vez que la virginidad se rompe y desaparece, una vez que ese velo se cruza... ¿quién te ha explicado alguna vez el apego a través del sexo? o ¿quién te ha explicado la huída a través del sexo? o por último... ¿quién te ha explicado la vulnerabilidad a través del sexo? Porque todo esto lo he aprendido yo sola (y menudos golpes me he dado).

He experimentado conexiones que me han hecho estar en lo más alto del universo y otras que me han llevado a lo más profundo de mis penas, he llorado, he reído y he mordido... porque eso es lo que me hace el sexo a mí, también he arrastrado un cúmulo de errores realizados a través del sexo que me ha tocado transmutar y trabajar tiempo después. A través del sexo he visto la parte más sensual y poderosa de mi persona y también la peor parte de mi y en este caso no, no es rabia ni un desbocado animal que nace y habita en mi interior, ha sido la manera en la que he cedido a cosas que no debía porque he depositado el placer de otros sobre el propio o porque pensaba que todo valía, total ya hay dos cuerpos desnudos enseñándose lo más tierno de si mismos (o eso pensaba yo hasta que descubrí que hay personas que aunque se desnuden de cuerpo siguen llevando una coraza puesta).

A todo esto estoy haciendo sobretodo referencia al sexo, a las relaciones sexuales (en compañía) aquí no hago referencia a la masturbación (podéis encontrar post sobre este tema, más antiguos. en este mismo blog). El sexo me ha descubierto un mundo de luces y también de oscuras sombras, me ha abierto como adulta y ha roto una parte de mi inocencia y de mi absoluta confianza hacia la humanidad. También me ha ayudado a comprender la parte terrenal de este juego y sobretodo las adicciones, porque la mayoría de nosotros tenemos un apego-adicción hacia el sexo. Esto último puede ser porque el sexo se ha utilizado como un producto de producción y de ganancia con el que nos bombardean a diario apelando que se debe a la liberación humana, si bien es cierto que la conexión con el sexo por encima de los prejuicios y los tabúes a contribuído a una liberación mental mundial, por otro lado está que el uso de una práctica tan importante con una connotación energética fundamental en nuestra evolución emocional, psicológica y espiritual, ha sido desvalorado y cosificado desarraigándolo de sus amplio rango de influencia en el que interviene y en el que existe.

Al ser humano le gusta pensar que es de los pocos seres sobre la faz de La Tierra que experimenta el sexo desde el placer, considerando así que eso se debe gracias a nuestra evolución y desvalorando al resto de criaturas de este planeta, pensando que al no llegar al climax no son tan inteligentes ni tienen ese valor sobre la vida y el auto-disfrute. Sin embargo con el paso del tiempo van apareciendo otros animales que como nosotros experimentan el sexo desde una perspectiva de placer, fundamental en la relación con sus semejantes.

Para mi esto es importante, siempre digo que si hemos evolucionado de esta manera es precisamente porque hay muchísimas cosas de gran envergadura que experimentar a través del sexo. El problema se encuentra en cuando convertimos el sexo, como he comentado antes, en solo una cosa más de nuestra rutina como personas viviendo y conviviendo en sociedad y además, aún peor es cuando lo transformamos y nos gusta pensar que todo vale promoviendo así prácticas indebidas en relación al sexo y a con quien y cómo lo practicamos... Y con esta última parte no quiero me tiñéis de que estoy chapada a la antigua, en este caso hacia referencia al uso del sexo donde se cosifica a las personas y de nuevo se le vincula con una energía de producción desligándolo de su parte más humana, respetuosa y equilibrada.

El sexo sirve como control de masas y en algunas ocasiones tiene mejores resultados que "el pan y circus" que nació en la antigua Roma. ¿Recordáis ese refrán de tira más dos tetas que dos carretas? Pues a ver, no os voy a descubrir América pero es verdad y es peligroso (a día de hoy se podrían hacer adaptaciones también con dos penes), es peligroso en el sentido de que dejamos que el sexo en muchas ocasiones nos nuble la vista, el sentido común y la consciencia tanto hacia nosotros como hacia otros.

Estoy a favor del sexo libre y para todos, de nuevo remarco que lo veo como algo fundamental en la evolución humana pero una parte de mi teme que esta manera de manejarlo nos lleve quizás a algo que sea menos constructivo, sin ánimo de generar ninguna alarma social, creo que cuando algo tan poderoso es utilizado de una manera donde se vuelve "como si nada", nos arriesgamos a caer en profundos pozos donde nuestras voluntades, capacidades y sobretodo auto-crítica se vean peligrosamente mermadas o incluso desvinculadas de nosotros, rompiendo así con una parte que nos compone como seres humanos.

Tengo varias preguntas nacidas de este mismo tema... Una de ellas es que si cosificamos el sexo lo convertimos en anuncios diarios y en una naturaleza nacida, precisamente, de la intención con la emitimos esa información, desde aquí impregnamos a toda la sociedad incluído los grupos más influenciables, entre los cuales se encuentran los jóvenes (niños, pre-adolescentes y adolescentes) que atrapan esta fuente de información y la interpretan tal y como la reciben, sin comprender las partes más importantes del sexo... ¿cómo esperamos que reaccionen ellos a este bombardeo?. No estoy haciendo apología de que follemos poco(porque sería incoherente debido a la clase de persona que soy), estoy haciendo apología de que todo lo referente a la sexualidad se maneje de una manera donde comprendamos su importancia y su influencia, tanto en nosotros como en las generaciones venideras... ¿cuales pueden ser los daños colaterales de seguir por el camino que estamos construyendo? Porque yo, sinceramente, no lo sé.

Hablamos mucho de polvos, folleteo (a mi también me encanta escribir sobre eso porque adoro la expansión que experimento cuando redacto textos eróticos) y por ejemplo hablamos poco de crear a través del contacto de piel con piel. Hemos generalizado el uso del sexo como un juego de dominio y subordinación, no de trato de un igual a igual donde expandirse... es más, todos estos comentarios que hago en referencia a la importancia del sexo suelen generar juicios donde me colocan a la altura de una hippie fumeta de los años 60 (a lo cual debo decir que me siento muy honrada) pero... ¿y si no estaban tan equivocados como creemos? Ellos no desvinculaban el amor, aunque durase una noche, de la relación sexual; entendían la conexión emocional que surge y que nosotros mismos nos proponemos en ahogar y hacer inexistente y también qué podía implicar a nivel conexión con la otra persona esa experiencia físico-emocional... El sexo de ahora es más de llevar preparado los condones, echar un polvete, compartir el teléfono si nos ha gustado y después si te he visto no me acuerdo.

Nos quedamos a medias en conversaciones, en heridas que se forjan en algunas relaciones, en miedos, en tragar saliva y en comprendernos de una manera más cálida y llena de amor.

Sexo sí, pero sexo con corazón, por favor.

RABIA Y YO...


Rabia vive en mi desde que tengo uso de razón. No domina mi vida pero forma parte de mi misma; rabia sale y emerge, normalmente no de manera impulsiva,porque al contrario de lo que piensa la gente la rabia es una respuesta que se genera con la acumulación de una situación que se repite, de una emoción que termina por desbordarnos o de una injusticia que no podemos soportar más. 

La rabia es la ira que me compone, forma parte de mi al igual que lo forma la alegría, sin embargo es esta parte de mi de la que pocos hablan. La escondemos, pensamos que es porque la sociedad dice que está mal vista y al final la reconocemos en síntomas, dolencias y heridas que nos apuñalan de manera repetitiva. 

La rabia nace en todos los humanos; en una ocasión hablando con un chamán, yo estaba muy preocupada porque conozco de manera muy exhaustiva esa parte de mi y él me dijo "no te preocupes porque todos tenemos rabia dentro". Aquello me hizo pensar... creo que lo que pasa es que existen pocos valientes con la capacidad para admitirlo, así que pensamos que es una "afección extraordinaria" pero sin embargo es algo que todos llevamos en la sangre, como seres humanos que somos. 

Existe rabia individual y colectiva, esta última emerge cuando se oprime a una civilización, un pueblo, una sociedad... Sin embargo las personas enjuician la rabia intentándola atrapar en una cárcel dentro de si mismos, se convencen y repiten de manera habitual que "sentir eso no es bueno, no es sano y sobretodo que no es normal" acrecentando la situación y convirtiendo a la rabia en un problema, puesto que no hay nada peor que hacer como que la rabia no existe, ella se irá a las zonas más olvidadas de nuestro ser para retro-alimentarse y aprovechará su oportunidad para re-aparecer fortalecida por nuestra constante negativa. 

Rabia y yo vivimos en paz, no le permito el dominio de mi persona sin embargo tenemos un consenso de que ella puede aparecer cuando realmente exista una justificación que así lo necesite. Rabia emerge cuando alguien intenta sobrepasarse conmigo o cuando alguien me intenta hacer daño, es la parte de mi que cuida con muchísimo amor mi diosa oscura, en muchas ocasiones van de la mano... rabia avanza como una sombra y aparece en mi mirada si una circunstancia sobrepasa el sentido común o el bienestar de mi persona. 

Esta ira a la que tanto hemos castigado, tachándola como pecado, es la que también consigue grandes cambios sociales pero sin embargo nos cuesta aceptar la parte positiva con la que influye, nos duele profundamente aceptar y admitir que nos hemos equivocado tiñéndola solo de unos matices destructivos y negativos. La rabia es también el impulso que te hace resurgir de las llamas que te agotan, es uno de los avances en las lutos y es mejor que la tristeza, su vibración se apoya en la necesidad del cambio, en el ímpetu y en el salir adelante impidiendo que nada te hunda ¿a que nunca habíais pensado en eso? Solo nos quedamos con su circo exterior, la explosión emocional y la descarga de energía que puede llevar... sin embargo rabia se presenta en mil paquetes distintos con cientos de caretas y siempre está al acecho, sobretodo si nosotros le hemos perdido la pista desterrándola como un engendro mal nacido del que nos tenemos que despojar por encima de todo. 

La rabia está presente en cualquier persona, como bien me dijo aquel chamán, pero solo juega de forma dominante con aquellas que aún no se han atrevido a aceptar esa parte de si mismas. Precisamente lo que más humanos nos hace es sentir tantas emociones, esta capacidad multi-emocional que nos compone es la parte de nuestra persona que más nos acerca al concepto de seres humanos. Siempre os invito a experimentar cada emoción, comprenderlas es un paso importante para aceptarnos en toda nuestra totalidad. 

No os incito a que os volváis destructivos con todo vuestro entorno dejando que rabia salga desbocada y sin control, a lo que intento hacer referencia es que sintáis la rabia, el nacimiento de ella es progresivo, así como su aparición y normalmente tiene motivos que son de peso. La gente confunde "las rabietas" con la rabia; aunque bien parecen compartir raíz etimológica lo cierto es que son dos cosas diferentes, rabia aparece cuando hay un cúmulo y rabieta aparece cuando no somos capaces de controlarnos como adultos, cuando dejamos que una mal interpretación, una situación o simplemente una emoción nos caliente la boca porque sobretodo hemos sentido daño en nuestro ego. 

Bajo mi punto de vista la rabia no está tan relacionado con el ego, como las explosiones emocionales infantiles, rabia está relacionada con nuestra parte sagrada: nuestro amor propio. Es ella la que nos dice "¡venga ya! no puedes soportar esto, mereces algo mejor..." y en ese momento viene, con un semblante que impone a cualquiera y observa para decir "¡actúa!" y ahí estás escuchándola, algo que no es malo siempre y cuando no le demos el control total. 

Rabia es mi amiga, es la que me ha hecho tirar y estampar más de un plato contra el suelo y chillar que no soportaba dejarme herir ni una sola vez, también es la que ha guardado registros emocionales por mi cuerpo que me hacen ir atrás en el tiempo y comprender la esencia imborrable de mi persona. Rabia es la que impide que me rinda, la que pone los puntos sobre las I, la que no se toma a broma las cosas que hacen daño y sobretodo gracias a la rabia he comprendido la importancia de los límites, parte del crecimiento personal y psicológico que esta sociedad no quiere enseñarte. 

Por la rabia he evitado sufrimientos más profundos, he avanzando más rápido en procesos de despedida y he recompuesto cada parte de mi ser sintiéndome orgullosa de ello. 

Esta es la relación que tenemos rabia y yo... ¿y vosotros? ¿qué tal con vuestra rabia?.

lunes, 20 de febrero de 2017

CUANDO TE DIGAN "NO"...

Simone de Beauvoir

A menudo me topo con esta respuesta; "no". El "no" forma parte de la vida al mismo porcentaje que el "sí" pero parece que nos pesa más, mucho más. 

Nadie sabía esto hasta ahora pero... yo no me rindo con lo de ser escritora. Supongo que debido a eso han aumentando mis publicaciones en el blog... Visito revistas online y les mando publicaciones mías, cruzo los dedos y espero una respuesta afirmativa que por ahora no se mantiene ni llega. He mandando parte de mi novela a todas las editoriales que hay en España pero por ahora tampoco ha cuajado, sin embargo no me rindo, colecciono todos esos "no" ¿por qué? Porque representan mi esfuerzo diario. 

Me tiro muchas horas delante del ordenador escribiendo, mandando textos, leyendo, buscando concursos literarios y mandando participaciones... Pero también soy consciente de que por ahora no me puedo sumergir al 100% en este precioso mundo, lo voy haciendo constante y firme pero con precaución. Me encantaria asistir a cursos de prestigio, reconocidos y formarme en esto, en serio... todo lo relacionado con las letras me expande y cuando encuentras algo que te expande es porque tú formas parte de ello, hasta que ese momento llegue disfruto escribiendo en este humilde blog, mejorando y progresando y dejando la huella de esa evolución ascendente y positiva. 

No me rindo, adoro que me respondan "no" porque sé que me han leído y eso para mí ya es un triunfo... ¡sí, sí, sí! merece la pena todo el dinero invertido porque allí donde lo mando leen todo lo que escribo aunque no lo evalúen de la misma manera, este puede ser un fallo mío: auto-opinión subjetiva de mi trabajo como escritora. El caso es que cuando me dicen "no" siento que es simplemente la vida colocando las fichas para que sea el momento más adecuado, así como cuando haces un bizcocho debes tener caliente el horno antes de introducir la masa. 

Mi recomendación hoy, aunque aún no he cumplido todos mis sueños (pero sé que lo haré) es que cuando te respondan con una negativa (a aquello que tú desees) te lo tomes a risa y le guiñes un ojo a la vida, que choques los cinco con tu destino y ante todo mantengas en calma tu cabeza y tus ideas. Y no se te ocurra dudar de ti mismo, porque todos debemos mejorar y eso lo da el tiempo, la práctica, las ganas, la ilusión... A si que para lo que sea no tires la toalla, aunque te quedes exhausto, proyecta toda tu energía hacia tus sueños porque si no... ¿hacia donde la mandarías?. 

Cuando te digan "no", sonríe y dale más duro la próxima vez. Examina la situación, simplifica y mejora, tómate cada negación como una pista más de progreso... las negativas son grandes maestras en el camino del crecimiento personal y lo son aún mejor en la búsqueda incasable por hacer realidad un sueño. 

Tu mundo te esta esperando, disfruta del camino mientras vas llegando a él, no te pierdas en ilusiones fantasmales ni imágenes inexistentes, te digo esto porque parte de lo que más te va a hacer disfrutar la meta es precisamente haberle sacado jugo al recorrido. Bien, sé que me vas a decir que porqué escribo yo ahora esto, que aún no soy un ejemplo de persona reconocida... sin embargo eso me la repampinfla, que me da igual, de hecho como sé que llegaré a donde creo y merezco este texto será un gran ejemplo para entonces, porque decir algo tan sincero cuando aún estas trabajando en la base de quien eres refuerza aún más el apoyo sobre el que se van a mantener todas tus decisiones, tus ideas y sobretodo tu sacrificio para lograrlo. 

Adoro cada "no" en cada momento de mi vida, porque sinceramente me han aportado mucho más que cualquier otra circunstancia vivida. El "no" te acompaña y te hace esforzarte, te hace reconocer que la vida nunca es fácil pero que por eso es tan divertida, el "no" te impulsa si lo tomas como una motivación, el "no" te ayuda a trabajar tu parte más vulnerable y te hace reconocer tus miedos... pero ante todo, con constancia y las ideas claras, verás que cada "no" que has vivido ha sido efímero y ha dado paso a una mejor circunstancia, a una realidad más sana... a un verdadero "sí" que se queda estable y permanente. 

Cuando te digan "no", lee este texto y recárgate las pilas, no te lances al abismo de la connotación negativa, permite que ese "freno" te ayude a encontrar un método mejor y sobretodo a conectar con la mejor parte de ti mismo: la parte que desea mejorar.

LÍRICA Y RETÓRICA armas de destrucción...


Mi lírica y tu retórica cuando se juntan explotan juntas. A ti, que te gusta hablar más que a un tonto un lapicero y yo, que me lo creo todo porque he nacido demasiado inocente para los tiempos en los que nos movemos... con esta situación nos quedamos con las palabras dichas y otras tantas en la boca, pero sin duda eso es lo que más nos engatusa las ideas y nos convence la cabeza. 

Tu sibilina habilidad para contar, decir lo que sabes que los demás quieren escuchar, con tu capacidad comunicativa, que lo pinta todo fácil y me hace engañarme una vez más. Mi lírica llena de cosas bonitas, de realidad profunda y de emoción expuesta, consagrada y compartida. 

La retórica es ese arma de doble filo que le hace creer a quien te escucha, le invita a que se tire a la piscina y se convezca de que esas palabras, solo esas, no se las lleva el viento. Te impulsa en decisiones donde sales mal parado, porque se mete en la zona del deseo y de la ilusión (ilusa yo...), una vez dentro todo empieza a rodar, como un motor que arranca y me mueve a los impulsos más primarios y una ensoñación de película (¿por qué seré tan cándida?) y de ahí nace mi impetuosa y profunda lírica maquillándolo todo, engalanando el corazón, adentrándose y sacando las flores más bonitas de los lodos más densos.

Parece como si con tu estrategia aguardases entre tu habilidad, agazapado como un depredador en la tan nombrada retórica a pesar de lo que pueda suponer después, ignorando los efectos secundarios, los daños colaterales y las consecuencias, todo eso te da igual, porque te sacudes el cuerpo, te haces amigo del tiempo y te da por olvidar... mientras a mi esa parte siempre se me ha dado fatal, a si que yo me quedo con el amor cochambroso, la rabia adherida y los poemas que nacen antes, mientras y después de tu aparición y despedida. Esto es un consejo, ahora como conocida, no te envalentones con la palabra y tus discursos de bienvenida, por respeto a los demás, ya hemos descubierto que se te da bien despegar las alas y proseguir tu vuelo pensando que no habrá algo que te devuelva lo que has hecho, mientras dejas tus promesas sin cumplir y un montón de palabras medio enterradas en silencio.

A esto último me gustaría hacer un apunte y es que la vida es muy curiosa transmitiendo su mensaje, de lo que no te ocupas en su momento aparece unos años más tarde, cuando tu cabeza lo creía olvidado y tu cuerpo pensaba que solo tú eras la excepción del aprendizaje. A si que cuando menos te lo esperes, porque normalmente la vida juega "con esas" sabiendo que tenemos abajo nuestras defensas, aparecerá tu enseñanza con sabor a lo que dejas... no es rencor, es que la vida siempre funciona de esa manera, por eso la impecabilidad y las actos hechos con el corazón nos aseguran un futuro en calma y sin que nos aguarde una mala sorpresa. 

Mi lírica... mi lírica que siembro como el que siembra girasoles en las noches abiertas que parecen esperanzadoras y luego comienzan a girarse, anhelando el sol que se encuentra sobre las nubes, donde no se ve nada, donde la luz se esconde. Y de ahí nace una diferencia que suele ser abismal y enorme, un barranco que separa dos mudos y que lo corrompe todo. 

Aquí se guardan los recuerdos más bonitos y el secreto de quién soy realmente, aquí está todo lo que el resto de las personas desconocen de mi... mi lírica es mi exposición ante el mundo y mi terapia ante mi misma.

Entre la lírica y la retórica se construyen nebulosas vaporosas, efímeras... la trampa mortal para cualquier ingenuo. 

domingo, 19 de febrero de 2017

Benditas cicatrices...



Benditas cicatrices que me recubren...
Benditas todas y cada una de ellas...
Benditas que me envuelven el corazón...
Benditas que me colorean el alma.

Benditas cicatrices nacidas en mi ser...
Resultado de algo más profundo...
De un camino obligatorio en mi existencia...
Benditas que me proveen madurez...
Que me llenan con esa experiencia...
Que me aportan temple y sensatez...

Benditas cicatrices que son mi belleza...
Que me forman igual por dentro y por fuera...
Benditas ellas, cosidas o sin coser...
Como el dobladillo en la ropa...
Ellas fueron la herida del ayer.

Benditas que me han hecho ser...
Nacer sin miedo al dolor porque al final...
Al final las hace emerger y eso me hace crecer.

Amo mis cicatrices, cada una de ellas...
Con mi piel tierna y de color blanca o rosada...
Son mi parte más sensible...
Componen mi vulnerabilidad y mis miedos...
También mi fortaleza, mi amor y mi arte...

Cuantas más cicatrices más intensa es la vida...
Cuantas más por enseñar más grande te haces...
Cuantas más marcas... más sabes.

Benditas porque sirven como filtro...
Para no demorarme en aquellos...
En aquellos que no ven la belleza de lo sufrido...
En aquellos que no ven el completo de la vida...
En aquellos que solo me han mentido.

Benditas cicatrices que son arropo y cobijo...
Protección y realidad...
Momento pasado y aprendizaje presente...
Benditas como columnas del futuro...
Estables, maestras, sagradas...
Que despiertan mi parte más valiente...
Que me ayudan a quererme completa...
Porque ellas mismas son mis mayores taras.

LA GENTE SÍ CAMBIA pero te duele aceptarlo.


Las personas cambiamos porque es parte de crecer y lo hacemos tanto para bien como para mal, no somos seres inmóviles aunque a veces nos guste pensar que sí. Yo creo en una teoría y es que cada día somos alguien diferente porque lo que nos compone, sobretodo a nivel emocional-psicológico, tiene cambios y esos cambios hace que ya no seamos los mismos de ayer. 

La gente SÍ cambia porque es una responsabilidad y una obligación de estar vivo, existen agentes externos, internos y situaciones incontrolables que te fuerzan a cambiar y por otro lado existen decisiones propias que también te motivan a generar un cambio dentro de ti. Todo ser humano vive en un cambio constante; aquello que nos estimula desde fuera nos produce cambios dentro (y viceversa).

Si no cambiásemos no podríamos evolucionar de manera individual ni colectiva, no podríamos tampoco adaptarnos a nuevas circunstancias ni a futuros que son completamente distintos a nuestro presente. Aprender y llevar a cabo esos aprendizajes forma parte de nuestra experiencia de cambio, del mismo modo que madurar, tomar elecciones o enfocar nuestro camino hacia un punto concreto... aunque nos encante chillar "la gente no cambia" eso es una mentira que nos vale como excusa para que el dolor sea menor ¿por qué? porque depositamos nuestra esperanza de cambio de una persona que conocemos y en motivos que no son los interruptores o inductores de esa transformación, por eso es mucho más fácil decir entre dientes que la gente no cambia. 

Aquí tenemos un dolor que nos cuesta digerir: la gente no cambia PARA TÍ, las personas cambian para si mismos. Empujar a una metamorfosis es un error que muchas veces nos trae disgustos... es como si intentas sacar a una oruga de su capullo cuando aún no ha cambiado todo su cuerpo, que se quedará sin ser oruga ni ser mariposa y seguramente morirá... En este caso si empujas a una persona, la persona no morirá pero lo que tengas con ella sí. 

Esta es la excusa perfecta en relaciones familiares; cuando pensamos que alguien que es importante para nosotros cambiará por el hecho de compartir sangre... y aunque para nosotros ese sea motivo más que suficiente es muy posible que para esa persona no lo sea, porque cada cual encuentra su motivación y su iniciador del cambio en cosas diferentes. Generalizar y pensar que todo lo que es válido para nosotros lo será también para los demás es una forma muy egoísta de ver el mundo. 

Creo que nadie debe nunca mantenerse esperando o esperanzado de que otra persona cambie, debemos observar a las personas como el cambio constante que son, igual que debemos observarnos a nosotros mismos pero de ahí a depositar una fe absoluta en que nosotros somos el mayor propulsor para estimular esa situación es un error, otro de esos errores egoístas y que generan apego, posteriormente también generan frustración, tristeza y desconsuelo infantil. Arrastrar la coletilla "es que si hubiera cambiado..." es una manera muy sencilla de tirar balones fuera y de creer que todo debe ser como lo implora nuestra cabeza loca.

Debemos vivir experiencias y son esas experiencias las que nos llevan a los cambios, algunos cambios son automáticos, otros necesitan de un periodo de realización más largo y otros forman parte de nuestra rutina, una rutina de cambio constante. Como seres sociales con capacidades para crear, generar, modificar... debemos comprender que siempre siempre vivimos en un cambio personal, todos lo hacemos aunque algunos lo proyecten de una manera más evidente hacia unas áreas de su vida y otros hacia otras, puesto que hay cambios que nacen de prioridades y de "filosofías y modos de vida". 

Cuando más nos disgustamos con el tema de los cambios es cuando nos enamoramos de alguien y pensamos que todo lo que va a ir bien es porque esa persona lo va a lograr gracias a su propio cambio. Aquí, de nuevo, tenemos esa actitud que he comentado antes... la actitud "esperanzadora hacia el cambio", esta forma de verlo solo nos hace comportarnos de una manera egoísta e impaciente. 

Constantemente estamos conociendo a personas, al menos en mi caso es así, cada persona te aporta algo y cuando te enamoras de esa persona no debes esperar que cambie por tí ni tu empujarle a que cambie cómo es o lo que hace... Mi frase favorita, ya lo sabéis es "hemos venido a jugar" y en las relaciones sentimentales el juego es muy pero que muy interesante. Siempre os comento que estar en relación ya implica de por si un cambio y a la vez hace emerger una parte de nosotros que no se da en el resto de ambientes de nuestra vida, esto es divertido si lo sabes coger positivamente a pesar de que la relación no termine del todo como quieres. 

El hecho de iniciarse en una relación ya supone un cambio para las personas implicadas en ella, pues cambia una condición social y afectiva de su vida, cómo se juegue después depende de cada "participante" y de la manera de adaptación que tengan, así como de la comunicación y de las prioridades. Cuando comenzamos algo con alguien nos arriesgamos a que las cosas no salgan bien, no pasa nada es parte de la vida, el problema se encuentra cuando nos obcecamos en que no han salido bien porque alguien debía cambiar y no lo ha hecho (normalmente no somos valientes para decir que el cambio lo deberíamos haber hecho nosotros y ponemos eso en la otra parte de la balanza, sea o no verdad), antes de llegar a esta conclusión es muy posible verse en una situación de "la espera del cambio" como yo la llamo, no es más que un absurdo juego mental donde nos negamos a aceptar la realidad tal y como es y preferimos idealizar situaciones e ilusionarnos con que se harán realidad... generalmente después viene la catastrófica verdad y nos da un par de hostias. 

Cuando terminamos una relación que ha pasado por un intervalo como este (o parecido) nos gusta amarrarnos a la idea de que la gente no cambia y que seguramente esa persona será así toda la vida (esto pienso que no es psicologicamente posible), aquí encontramos un pequeño consuelo a nuestros antojos emocionales, pero como yo soy la amiga seria y borde, pero ante todo sincera, voy a remarcar una cosa: esa persona sí cambia, cambia constantemente y lo hará a lo largo de toda su vida, te duele aceptarlo pero es la realidad... no te sientas culpable, simplemente no era el momento ni eras el estimulador de su metamorfosis y eso no significa que te quiera menos, que no te ame o que no le importase, significa que no era la circunstancia propicia para esa persona. Yo sé que es una mierda tener presente esta realidad y que duele muchísimo escucharlo, porque en lo más profundo de nuestro ser nos encanta ser "la persona especial que motive a alguien" cuando en realidad tenemos que aprender a vernos como "las personas especiales de nuestra propia existencia", esto es un poco más humilde y nos dará un apoyo basado en el amor propio. 

Si se te da la situación de que has vuelto con una persona con la que rompiste, algo que hemos hecho todos, ten por seguro que esa persona en tu ausencia ha sufrido un cambio y no es la misma. Si por algún casual sientes que ese cambio no ha sido en referencia contigo o con la relación y vuelves a notar que todo toma el mismo camino, no te hieras ni te culpes y tampoco culpes a la otra persona, seguramente la prioridad de su ser era cambiar en otros aspectos de su persona que por desgracia no estás pudiendo observar ni disfrutar porque tu visión, que seguramente se ha convertido en una obsesión, es hacia una relación idílica donde todo cumpla con tus expectativas (que malas son las expectativas...). En otras ocasiones, puede ser que esa persona si cambie, pero tampoco sientas que es porque tú eres la persona excepcional y más especial del mundo, dale ese regalo a si mismo... es decir, comprende que es una decisión personal tomada después de un consenso dentro de si mismo donde ha priorizado por SU BIENESTAR y no por el tuyo, no hay nada malo en verlo así de hecho os hará sentir más liberado a ambos. 

Somos jugadores observando y haciendo nuestras propias jugadas... que no se te líe la vida creyendo en cosas que son equivocadas. 

sábado, 18 de febrero de 2017

No soy tu tipo.


Hoy te escribo para decirte que no, que no soy tu tipo y sé que me dirás que cómo puedo decir yo eso, que qué sabré, que estoy equivocada... aún no me conoces sin embargo mi instinto me invita a decirte esto; no, no soy tu tipo y sí, estoy en lo cierto. 

No soy tu tipo porque yo no voy a hacer de héroe ya con nadie, tampoco deseo que lo hagan conmigo. No soy tu tipo porque estoy rota y lloro el hueco de mis vacíos y eso lo aguantan pocos (y tú no tienes pinta de ser de esos pocos). No soy tu tipo porque yo vivo en otro mundo bastante incompatible con la mayoría de mundos reales. No soy tu tipo porque ocupas mi espacio y ahora mi espacio es para mí... a mi me gusta pasar muchas horas sola y no me apetece que me cambien la vida. Seguramente dirás que sí pero a mi me da en la nariz que no, no soportarás horas y horas de conversaciones profundas y seguro que eres de los que se duermen nada más follar y a mi eso me jode mogollón... a si que, no soy tu tipo. 

Intento acostarme temprano aunque luego no me duerma, no soporto que me hablen cuando estoy escribiendo, tengo un carácter muy fuerte y mi nivel de "paciencia para gilipolleces" con cada día va mermando, no soporto las cosas que no son claras ni los silencios cuando hay que hablar en serio, me como a bocaos el orgullo de la gente y poco me importa mandar a tomar por culo, aquí ya debes estar convencido de que no, no soy tu tipo.

Yo estoy enzarzada en sueños esperando a que se hagan reales, creando una realidad en mi existencia que dependa única y exclusivamente de mi, eso supone mucho equilibrio mental y muy pocas tonterías para distraerme. También supone que hay momentos en los que caminaré con miedo y prefiero gestionar ese miedo sola que con compañía.

No soy tu tipo porque yo tengo un concepto de la vida, de las relaciones y del momento presente que no se parece en absoluto al tuyo y aquí no hay solución porque jamás voy a pedir a alguien que cambie por mí, las cosas nunca han funcionado así (y yo no cambio por nadie, lo tengo claro).  Tampoco soy tu tipo porque tengo cuatro gatos y una perra que ocuparán un lugar de importancia muy alto, son mi responsabilidad y hasta que se mueran estarán por encima de ti en mi pirámide de prioridades. 

Soy demasiado autónoma en el sentido de que tomaré muchas decisiones sin preguntar ni siquiera tu opinión, me las he visto sola en los peores momentos de mi vida y no necesito que nadie me limpie las lágrimas para hacerme la fuerte, por eso no soy tu tipo. Soy compleja en el sentir y decidida en mis impulsos, soy responsable y siempre haré todo lo posible por ahorrar y no depender de nadie. Mi mundo tiene un pilar de esperanza que se llama arte y espiritualidad, es algo fundamental para mi y sé que no lo vas a poder comprender al mismo nivel, por eso también te digo que no soy tu tipo. 

A mi los polvos vacíos ya no me llenan porque para eso me toco yo sola, por eso si repito con alguien es porque me ha tocado una fibra sensible interna y siento decirte que esto se da en muy pocos casos y se sabe de antemano con quien sí y con quien no. 

Te estoy diciendo que busques a otra, alguien que esté más en tu mundo y que sea menos volátil, alguien con raíces que no cambie de lugar de residencia cada pocos años, alguien que no tenga un océano en los ojos y que lo haga todo de una manera menos intensa, más sencilla para ti, porque con alguien como yo te saldrían las cosas mal. A si que para que no pierdas más el tiempo, te diré que no soy tu tipo. 

Es posible que te parezca interesante y atractiva pero lo que a mi más me interesa ni siquiera has sido capaz de verlo y por mucho que escarbes ya no vas a poder llegar a ello... yo confundo y trastoco, en el mejor sentido de ambas palabras, transformo y genero cambios, algo para lo que tú no estás preparado, por eso te digo que sería bueno que cambies de idea. 

Adoro levantarme temprano y escribir de buena mañana, adoro comer en muchas y grandes cantidades, adoro el silencio cuando hago arte y también adoro la buena música cuando me ducho... y sinceramente cuando más me gusta hacer eso es cuando estoy sola, a si que sin ánimo de ofender, me sobras en esos momentos... por eso no soy tu tipo. Yo no tengo ganas de quedarme con tu calor en mi cuerpo, ni de romperte ilusiones ni que tú lo hagas conmigo, yo no tengo ganas de lo que buscas porque para una libertad sin compromiso me quedo yo sola que ya sé las reglas de convivir conmigo y no encuentro ningún problema.

No soy tu tipo también porque soy de esas que primero se cierran las heridas antes de ponerse a buscar otros labios, es una decisión completamente egoísta porque me siento mal besando a una persona cuando deseo a otra y todo en mi vida tiene el sentido de hacer de mi una mejor versión, un mejor ser, alguien mejor en general. Y no, no intentes decirme que será una noche inolvidable porque es muy posible que una noche los dos juntos sea como cualquier otra noche de cualquier otra pareja de veinteañeros. 

Y no soy tu tipo porque yo no te hago expandirte y tú a mi tampoco.