¿Sabes? todo hay que sentirlo, notarlo, palparlo en lo más profundo de tu ser...

miércoles, 22 de febrero de 2017

Sexo...



El sexo se ha convertido en nuestra píldora sanadora para casi todo; ¿tienes estrés? sexo, ¿tienes soledad? sexo, ¿tienes aburrimiento? sexo, ¿tienes euforia? sexo, ¿tienes vacío? sexo, ¿tienes enfado? sexo, ¿tienes miedo? sexo... De esta manera una de las experiencias terrenales más placenteras se ha convertido en el ansiolítico o "tratamiento para todo" más barato que existe, una caja de condones no sale muy caro y gracias a los avances con las redes de contacto y de la libertad en el pensamiento encontrar alguien dispuesto a tener una mañana, tarde o noche de sexo es una tarea muy sencilla, demasiado sencilla.

Me encanta el sexo como a la mayoría de adultos y como los que viven en una sociedad occidental también lo he usado como basurero para intentar deshacerme de emociones que no me apetecía gestionar, lo he utilizado como algo mucho más banal de lo que, con el tiempo, me he dado cuenta que es. He utilizado a alguna persona solo por sexo y la he despedido después con un rápido "adiós", tras haberme levantado alguna ampolla porque era evidente que ese camino no era el correcto para lo que yo necesitaba.

A través del sexo también me he sentido sucia, manipulada o utilizada, como casi todos las personas que he conocido. El sexo es una atracción muy poderosa de donde emergen nuevas situaciones y energías, sin embargo nadie nos explica eso cuando vamos a clases de sexualidad y sin embargo nos enseñan a poner un condón en un pepino. Arrastramos la pesada carga de la importancia de la virginidad pero una vez que la virginidad se rompe y desaparece, una vez que ese velo se cruza... ¿quién te ha explicado alguna vez el apego a través del sexo? o ¿quién te ha explicado la huída a través del sexo? o por último... ¿quién te ha explicado la vulnerabilidad a través del sexo? Porque todo esto lo he aprendido yo sola (y menudos golpes me he dado).

He experimentado conexiones que me han hecho estar en lo más alto del universo y otras que me han llevado a lo más profundo de mis penas, he llorado, he reído y he mordido... porque eso es lo que me hace el sexo a mí, también he arrastrado un cúmulo de errores realizados a través del sexo que me ha tocado transmutar y trabajar tiempo después. A través del sexo he visto la parte más sensual y poderosa de mi persona y también la peor parte de mi y en este caso no, no es rabia ni un desbocado animal que nace y habita en mi interior, ha sido la manera en la que he cedido a cosas que no debía porque he depositado el placer de otros sobre el propio o porque pensaba que todo valía, total ya hay dos cuerpos desnudos enseñándose lo más tierno de si mismos (o eso pensaba yo hasta que descubrí que hay personas que aunque se desnuden de cuerpo siguen llevando una coraza puesta).

A todo esto estoy haciendo sobretodo referencia al sexo, a las relaciones sexuales (en compañía) aquí no hago referencia a la masturbación (podéis encontrar post sobre este tema, más antiguos. en este mismo blog). El sexo me ha descubierto un mundo de luces y también de oscuras sombras, me ha abierto como adulta y ha roto una parte de mi inocencia y de mi absoluta confianza hacia la humanidad. También me ha ayudado a comprender la parte terrenal de este juego y sobretodo las adicciones, porque la mayoría de nosotros tenemos un apego-adicción hacia el sexo. Esto último puede ser porque el sexo se ha utilizado como un producto de producción y de ganancia con el que nos bombardean a diario apelando que se debe a la liberación humana, si bien es cierto que la conexión con el sexo por encima de los prejuicios y los tabúes a contribuído a una liberación mental mundial, por otro lado está que el uso de una práctica tan importante con una connotación energética fundamental en nuestra evolución emocional, psicológica y espiritual, ha sido desvalorado y cosificado desarraigándolo de sus amplio rango de influencia en el que interviene y en el que existe.

Al ser humano le gusta pensar que es de los pocos seres sobre la faz de La Tierra que experimenta el sexo desde el placer, considerando así que eso se debe gracias a nuestra evolución y desvalorando al resto de criaturas de este planeta, pensando que al no llegar al climax no son tan inteligentes ni tienen ese valor sobre la vida y el auto-disfrute. Sin embargo con el paso del tiempo van apareciendo otros animales que como nosotros experimentan el sexo desde una perspectiva de placer, fundamental en la relación con sus semejantes.

Para mi esto es importante, siempre digo que si hemos evolucionado de esta manera es precisamente porque hay muchísimas cosas de gran envergadura que experimentar a través del sexo. El problema se encuentra en cuando convertimos el sexo, como he comentado antes, en solo una cosa más de nuestra rutina como personas viviendo y conviviendo en sociedad y además, aún peor es cuando lo transformamos y nos gusta pensar que todo vale promoviendo así prácticas indebidas en relación al sexo y a con quien y cómo lo practicamos... Y con esta última parte no quiero me tiñéis de que estoy chapada a la antigua, en este caso hacia referencia al uso del sexo donde se cosifica a las personas y de nuevo se le vincula con una energía de producción desligándolo de su parte más humana, respetuosa y equilibrada.

El sexo sirve como control de masas y en algunas ocasiones tiene mejores resultados que "el pan y circus" que nació en la antigua Roma. ¿Recordáis ese refrán de tira más dos tetas que dos carretas? Pues a ver, no os voy a descubrir América pero es verdad y es peligroso (a día de hoy se podrían hacer adaptaciones también con dos penes), es peligroso en el sentido de que dejamos que el sexo en muchas ocasiones nos nuble la vista, el sentido común y la consciencia tanto hacia nosotros como hacia otros.

Estoy a favor del sexo libre y para todos, de nuevo remarco que lo veo como algo fundamental en la evolución humana pero una parte de mi teme que esta manera de manejarlo nos lleve quizás a algo que sea menos constructivo, sin ánimo de generar ninguna alarma social, creo que cuando algo tan poderoso es utilizado de una manera donde se vuelve "como si nada", nos arriesgamos a caer en profundos pozos donde nuestras voluntades, capacidades y sobretodo auto-crítica se vean peligrosamente mermadas o incluso desvinculadas de nosotros, rompiendo así con una parte que nos compone como seres humanos.

Tengo varias preguntas nacidas de este mismo tema... Una de ellas es que si cosificamos el sexo lo convertimos en anuncios diarios y en una naturaleza nacida, precisamente, de la intención con la emitimos esa información, desde aquí impregnamos a toda la sociedad incluído los grupos más influenciables, entre los cuales se encuentran los jóvenes (niños, pre-adolescentes y adolescentes) que atrapan esta fuente de información y la interpretan tal y como la reciben, sin comprender las partes más importantes del sexo... ¿cómo esperamos que reaccionen ellos a este bombardeo?. No estoy haciendo apología de que follemos poco(porque sería incoherente debido a la clase de persona que soy), estoy haciendo apología de que todo lo referente a la sexualidad se maneje de una manera donde comprendamos su importancia y su influencia, tanto en nosotros como en las generaciones venideras... ¿cuales pueden ser los daños colaterales de seguir por el camino que estamos construyendo? Porque yo, sinceramente, no lo sé.

Hablamos mucho de polvos, folleteo (a mi también me encanta escribir sobre eso porque adoro la expansión que experimento cuando redacto textos eróticos) y por ejemplo hablamos poco de crear a través del contacto de piel con piel. Hemos generalizado el uso del sexo como un juego de dominio y subordinación, no de trato de un igual a igual donde expandirse... es más, todos estos comentarios que hago en referencia a la importancia del sexo suelen generar juicios donde me colocan a la altura de una hippie fumeta de los años 60 (a lo cual debo decir que me siento muy honrada) pero... ¿y si no estaban tan equivocados como creemos? Ellos no desvinculaban el amor, aunque durase una noche, de la relación sexual; entendían la conexión emocional que surge y que nosotros mismos nos proponemos en ahogar y hacer inexistente y también qué podía implicar a nivel conexión con la otra persona esa experiencia físico-emocional... El sexo de ahora es más de llevar preparado los condones, echar un polvete, compartir el teléfono si nos ha gustado y después si te he visto no me acuerdo.

Nos quedamos a medias en conversaciones, en heridas que se forjan en algunas relaciones, en miedos, en tragar saliva y en comprendernos de una manera más cálida y llena de amor.

Sexo sí, pero sexo con corazón, por favor.

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