Hoy descubrí una cosa muy evidente y pareceré un poco tonta al compartirlo, sin embargo lo he visto necesario: la relación que debes tener con la vida, para que funcione de forma constructiva y optimista, es la misma clase de relación sana que deberías tener con una persona. Seguro que no he descubierto nada nuevo pero para mí esto abre un montón de motivos y de experiencias de mi pasado, también entiendo mejor mi situación actual y cómo convivir con las situaciones venideras que escapan a mi control.
Algunos ya habréis entendido hacia donde va este artículo, para los que no solo debo deciros una frase: igual que ocurre con las relaciones de pareja, con la vida si no hay confianza no hay reciprocidad, ni libertad, ni experimentación expansiva, ni sensación de dicha. Ahora sí ¿no? Pues sinceramente haber llegado a este pensamiento me hace sentir una persona mucho más en calma, pues el trabajo que tengo que hacer con la vida es más sencillo de lo que creía (aunque requiere de sus propios ejercicios por supuesto).
Nadie te dice que confíes en la vida como en un buen amigo ni como en una pareja excepcional, no, todos te dicen que la vida es dura (¡nos ha fastidiado! duro es todo...) y se quedan ahí y tu te quedas ahí también, con lo que te han introducido haciéndolo formar parte de tu esencia, de tu estructura de pensamiento, de tu filosofía y de tu modo de ver las cosas pero... ¡no! La vida responde positivamente si tú la tratas positivamente, ok tiene sus momentos que no son tan "gloriosos" y "maravillosos" como a nuestra mente subjetiva le gustaría experimentar sin embargo "la vida" forma parte de un camino mucho mayor, un camino divino que se construye y deshace muchas veces al margen de nuestra elección (y no sabéis la de obligaciones que no cargamos gracias a eso... son un montón).
El caso es que bueno, no sé si resulta fácil o difícil llegar a este punto reflexivo pero a mí me ha resultado impactante. He comprendido entonces porqué las cosas no encajan como a mi me gustaría y porqué por mucho que crea una cosa ocurren otras... la vida funciona como un "ente" con vida propia (valga la redundancia), dicho así puede dar hasta miedo sin embargo creo que es el momento de que le demos esa capacidad a todo lo que nos rodea, así funciona la vibración de la energía, con sus propios niveles vibracionales que actúan de manera individual y pueden ser también influenciadas por otras fuerzas energéticas, como la nuestra propia. De esta manera funciona también la vida, dicho de otro modo, la vida comprende, actúa también desde su propio libre albedrío pero responde, es evidente que responde; responde a nuestros avances personales, a nuestro trabajo propio y a nuestra capacidad sobretodo para aportarle y no lo digo desde una perspectiva egoísta, todo lo contrario, considero que es fuera de este punto de vista en relación a la vida cuando actuamos egoístamente.
Si no comprendemos que la vida también necesita y merece ser cuidada, igual que haríamos con una persona, que también merece y necesita ser perdonada, amada, protegida... si no comprendemos eso y solo le pedimos, le regañamos, nos enfurecemos y nos enfrentamos, estamos actuando de forma egoísta, igual que ocurriría en una relación sentimental-emocional-personal con otro individuo (o incluso si somos francos con nosotros mismos).
Llegados a este punto creo que se simplifica mucho más la sensación de vivir y se comprende qué hemos estado experimentando hasta ahora (no siempre pero sí en muchos casos) porque seguramente hasta ahora has estado experimentando un reflejo, un rebote, de lo que tú hacías con la vida... Si no actúas de manera impecable ¿por qué ella lo va a hacer contigo?, si no la amas ¿por qué te va a amar?, si no la cuidas... ¿por qué te va a cuidar?. Yo por lo menos no lo haría, sin embargo y a pesar de esto ella nos da mil oportunidades, como una pareja locamente enamorada de nosotros que nos perdona todos nuestros errores con el esperanzador pensamiento de que tomemos consciencia y cambiemos, que modifiquemos aquello que solo nos corresponde a nosotros y sobretodo seamos capaces de pedirle perdón y de perdonarnos para lograr que esa relación, que hasta ahora no había sido sana, cambie y se convierta en esa armonía que merecemos experimentar cada día.
También debemos dejar de culpabilizar a la vida por todo lo que nos ocurre, a veces ella tiene unas obligaciones en pro a nuestro camino que no cuadran en absoluto con nuestro "ideal" pero esto no es malo, es natural. Sin embargo lo que es dañino y malo es nuestra incomprensión en relación al roll que ejecuta, en relación al papel que realiza en el mundo y en el universo. Resulta más fácil culpabilizar que aceptar, pero imaginaos cómo os sentiríais si alguien os intenta hacer culpable por algo que es vuestra obligación realizar o llevar a cabo... sería realmente injusto no solo para vuestra persona, si no también para vuestro papel fundamental en el universo (e incluso para el universo mismo que os ha posicionado en ese lugar).
De esta manera y ahora que habéis profundizado más en este descubrimiento al que he llegado, de nuevo realizo la pregunta y esta vez de manera individual para que cada uno pueda sumergirse en solitario dentro de ella: ¿qué relación TIENES con la vida? ¿qué relación TENGO con la vida?.
En esta pregunta se engloba aspectos muy amplios, entre los que cabe destacar: si es o no es una relación sana, si me siento o no me siento cómod@, si creo o no creo que es injusta, cómo definiría la vida en una sola palabra y ante todo... ¿estoy portándome como una buena pareja de la vida? Porque sí, nosotros tenemos una relación emocional con la vida, es una hecho (si no, no podríamos estar vivos ni vivirla) por eso os hago el símil con relaciones entre personas, para que de alguna manera podáis visualizar a la vida en el lugar que le corresponde y en todo su esplendor, tal y como es.
Ahora que has descubierto esto (o no lo has descubierto pero de nuevo has caído en la cuenta de ello) espero que la próxima vez que alguien te pregunte qué tal la vida, tu puedas responder con algo constructivo porque por fin has integrado tu relación con la vida y la relación que tiene ella contigo: compartiendo confianza, afecto y ante todo comprensión.
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