Que se expanda la vida, de su corazón a tus mejillas y sonrías y sonrías... Que el amor haga su gracia y su gloria, su aparición misteriosa.
Si le gustas, que le gustes tal y como eres. Con tu risa descontrolada cuando nada más puede acallarte, tus inquietudes mentales, tus hobbies, tus metas realizadas y aquellas que jamás realizaste, con cada una de tus intenciones, con tu rabia desolada y tus ganas de luchar y también con tu paz inmensa y tus ganas de vivir.
¿Sabes lo difícil que es encontrar, al menos en mi caso, a alguien a quien guste en toda mi totalidad? Y no porque sea mala, mezquina... si no, porque soy demasiado singular. Tengo profundidad y recovecos llenos de millones de estrellas, de luces, de flores y también de lodos, de inseguridades, de monstruos que causarían temor incluso al propio Hércules.
Bueno, si este regalo se prolonga un solo segundo te aseguro que será de los segundos más placenteros en mi vida, pero no por el físico que me tratas con tanto tacto y cuidado, si no, por la explosión de fuegos artificiales que me expanden hasta el otro lado de lo conocido, hasta aquello que forma parte del espacio sideral y a lo que aún no hemos podido bautizar.
No te colmo de lo que no estás lleno, no te miento ni te peloteo, que todo lo que te digo es y será sincero, lo que me gusta de ti lo veo y lo disfruto con mucha ilusión y agradecimiento y lo que no me gusta te lo digo con tacto, no para que seas otro si no para que me entiendas si pongo cara de sapo.
Soy inteligente, no voy a colocar expectativas sobre andamios de papel, yo ya he visto tus bloqueos, tus huidas, tus miedos, tus acalladas voces que aclaman una solución que te haga sentir siempre amado sin miedo a que todo se evapore como en otras ocasiones te ha pasado... Yo no te voy a obligar a ser quien no eres, ni te voy a hacer cumplir con ideas irreales de mi ego que parece trabajar a veces contra viento y marea, todo eso me lo trabajo yo sola, lo único que acaso podría pedirte es le que le eches un vistazo a mi corazón, lo beses como tu sabes y le cuentes cuentos de mundos donde tú estés a su lado abrazándole cuando la noche sea oscura, lúgubre y le de pánico.
Y si tuviese que hechizar a todo el mundo, con un cántico, una palabra o un verso, lo único que pediría es que cada uno encuentre la persona que se sienta atraídos por ellos, enamorados, cautivos... por quienes son, sin tener que cambiar ni la más mínima pizca ni sentir el peso de la imposición.
Tus ojos libres de prejuicios y cadenas, que no me miran deseándome si no cuidándome y protegiendo cada uno de los centímetros de mi piel morena... los dedos de tus manos que se entrelanzan con los míos, tu risa que encaja con mis bromas tontas y sin sentido, tu mente que se expande cuando hablo... mi cuerpo que se excita cuando te escucha, mis pupilas que aumentan cuando te acercas sigiloso a mi cara.
Aquí no hay cazador ni cazado, ni furtivos juegos desquiciados, yo puedo decirte que sí y que no y tú lo cumples haciendo lo mismo... Dormir abrazados, toda la noche abrazos, es un regalo divino y hablar sin tabús, sin excusas, sin dobles sentidos... exponiendo realidades y sentimientos, eso me hace sentir realmente dichosa y agradecida.
Ojalá entendieses que no es tan fácil abrir todo mi universo y dejar que cualquiera divague por él, que hay tesoros con un valor incalculable escondidos bajo llave y frente a tus ojos he abierto esos cofres a lo que tú me has respondido con tu cariño más sincero. Un amor al que no nombramos, pero casi mejor así porque las palabras siempre se las lleva el viento... yo me quedo con nuestros momentos para nosotros como la realidad existente en nuestros sentires.
No sé cuánto puede prolongarse esta realidad, tan certera para sentirme conectada con algo que realmente merezco: amor del bueno... pero el tiempo que dure, pondré de mi parte para extenderlo un poco más porque mereces cada segundo de mi escueta existencia terrenal.
Me apenaré si todo sale volando, si los cimientos se caen, si los besos no pegan y si el amor se esconde hasta cuando vayamos a disfrutar en el placer más carnal... Pero a Dios imploro un favor, aunque ya de por si suelo pedirle unos cuantos, que si puede ser te quedes el tiempo necesario para sentirme amada como jamás me han amado y después, toda tu existencia es tuya, todo tu tiempo es oro, toda tu vida te pertenece si no quieres volver a tener mi presencia en tus pensamientos, en tu camino, en tu presente...
Que lo que sentimos siga creciendo, que nos guíe y nos conecte entre nosotros y con la vida misma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario