Gracias al tiempo que te reunió conmigo:

Gracias al tiempo que te reunió conmigo, entre bruma de vida y niebla de llantina. 

Gracias al tiempo, al bendito tiempo, que todo lo coloca en su sitio y a ti te puso justo aquí, dentro de mí. 

Recuerdo aquel día como si fuese ayer, es asombroso lo mucho que das y lo nada que pides. Que presente estás siempre, observando, cauto, sigiloso, protegiendo... Eres lo más bonito que he visto en mi ser, tus ojos castaños, tu enorme envergadura y tu pelo pardo. 

Gracias a la vida que siempre me manda tus señales sin demora. Gracias a tus huellas pintadas en calles clandestinas, a tus gruñidos cuando entro en callejones sin salida y a tu presencia, siempre tan solemne e impresionante, que se mantiene firme cuando sabe que ese no es mi camino. 

Gracias por aparecer siempre en mi búsqueda y porque desde que te conocí no he vuelto a caer. Gracias por ser esencia pura, espíritu, sentimiento real y parte de mi historia. 

Nadie más, excepto tú, podría haberme enseñado la oscuridad de mis bosques internos... nadie podría haberme acompañado a amarme tanto como lo hago ahora y nadie podría haberme transmitido el valor que tiene esta vida, este tiempo, por eso a tí te digo: gracias por estar aquí, gracias por haberme elegido. 

Me resultas tan grande y tan poderoso, no he conocido nada externo que se asimile a tu fortaleza, a tu ímpetu y a tu persona. Tú, que me cuidas y me mimas desde ese arropo que solo un oso sabe hacer, tú que no olvidas y eso me ayuda a seguir descubriendo quién soy yo misma. 

Simplificas mis pensamientos, me haces entrar en las raíces, me cuentas secretos, conectas conmigo mientras estoy durmiendo y si te lo pido siempre proteges a aquellos que quiero sin media palabra, ni media explicación, sin pregunta y sin razón... simplemente lo haces aunque te pueda parecer equivocado, pero es ese amor por mí el que sé que te lleva a cumplir lo que deseo. 

Gracias por cargarme en tu lomo cuando la oscuridad se hace densa, por enseñar los dientes, por sentarte siempre a mi vera, por ser esa presencia por la que todos me dicen "¡qué grande eres!" y yo hacia mis adentros respondo: es que no soy una, somos muchos y todo ello es lo que ocupamos. 

Eres el mejor guardián de las noches desoladas, el mejor consuelo para un alma que a veces se siente fuera de lugar o fuera de su tierra, eres el mejor guía para este camino terrenal y el mejor regalo que me podía encontrar. 

Estás tan alto, tan grande, tan iluminado... que solo con verte mis pasos se aligeran, mi vida sonríe, mi camino siempre me encuentra. 

Tu olfato, tus garras, tu tacto... tu promesa cumplida para siempre en cada una de mis vidas. Gracias fiel amigo por estar siempre, siempre, conmigo.