¿Sabes? todo hay que sentirlo, notarlo, palparlo en lo más profundo de tu ser...

viernes, 10 de febrero de 2017

LA NECESIDAD DE CONTROL ME INMOLA...


LA  NECESIDAD DE CONTROL ME INMOLA... 

No sé cuando el ser humano perdió ese amor por la libertad, cuando dejó de ver pasar las cosas de manera placentera, cuando arrebató la importancia a los aprendizajes que se encuentran en el tiempo, cuando apegó su existencia a la necesidad... No sé cuándo el ser humano se contaminó y contagió a otros seres humanos para convencernos e integrarnos con una imperiosa actitud basada en dominar: dominar a otros, dominarnos a nosotros mismos, dominar la vida, dominar nuestro camino y a todos los que formen parte de él...

No tengo ni la más remota idea de cuándo empezó todo, ni de porqué, ni quién fue el primero que se dijo a si mismo "voy a poseer la existencia como si fuese un objeto" y dio ese poder a la mente, alejando al campechano corazón que disfruta viendo, siendo.

El caso es que fuese quien fuese y el momento que fuese, desde entonces todos nacemos con un patrón de conducta que nos inmola, empequeñece, nos hace errar y no darnos cuenta de grandes cosas. Lo mejor de todo es que en vez de hacernos responsables buscamos la excusa perfecta para proyectarlo hacia afuera, tirar balones siempre ha sido más entretenido que coger y sentarte entrando en lo más profundo de ti mismo. 

Luego vienen los lobos, caperucita, luego vienen los lobos y se comen a la abuela, te comen a ti por los pies y a tu vida si te descuidas... y esos lobos son el alterego de tu irresponsabilidad como ser humano y como ser, a secas. 

Cuando algo escapa a nuestras expectativas vamos corriendo, quizás no correríamos con tanta velocidad ante ninguna otra necesidad, pero en este caso las expectativas nos hacen tener un concepto equivocado, adictivo y destructivo: quiero cumplirlas por encima del propio plan divino. De este modo, nos obcecamos con los ojos cerrados y tragando saliva en hacer, decir y colocar las piezas en el sitio que creemos el correcto y olvidamos que todo lo que forma parte de esta existencia tiene su propio plan, su propia vida, su propio motivo para ser y estar aquí con nosotros... Aquí nace esa impetuosa actitud a la que yo llamo: necesidad de control.

Cuando emerge en mi puedo sentir y observar como voy en picado en dirección contraria a la que me gustaría, me dirijo entonces hacia aquello que me deseo evitar y genero una respuesta en mi entorno que aumenta aún más mi sufrimiento... he llegado a la conclusión que la necesidad de control es como ponerse una bomba con un cronómetro y esperar los segundos que queden para que te estalle encima, a ti y a todos los que estén cerca tuyo. 

Me gusta poder verlo, ser consciente, aunque creo que aún no tengo las herramientas necesarias para gestionarlo de una forma constructiva y sanadora, a pesar de ello al conocerlo me resulta más fácil comprenderlo, evitarlo y amarlo... cuando amas algo que es malo, empequeñece y parece menos cosa de lo que creíamos que era. 

Si miras a los ojos a todos tus monstruos, tus sombras, tus partes oscuras... verás que muchas de ellas no son más grandes una uña, pero es la ignorancia de no haberles visto frente a frente la que nos hace imaginar las cosas como no son, solo como nuestra mente cree que serán para seguir con los juegos, entretenidos y perdiendo el tiempo. 

El caso es que, hoy por fín lo he visto muy claro: por la necesidad de control generamos aquello que no deseamos.

En un caso concreto: deseamos que las personas actúen de una forma concreta con nosotros y utilizamos esta necesidad de control, esas personas percibirán nuestro cambio de actitud, energía e intención respondiendo de una forma negativa, huyendo o desapareciendo... porque el control ahoga y puede matar, el control esclaviza, coarta, mengua, domina... y nadie quiere sentir esto porque aunque no lo veamos todos conservamos una parte de amor propio que nos hace estar en constante búsqueda y aceptación de lo mejor para nosotros... ¿quién quiere sentir una soga en el cuello que le impida respirar? De forma sana, nadie lo aceptará. 

Igual que ocurre con las personas ocurre con todos los sucesos, acontecimientos, momentos... de nuestra vida en general. Esto se traduce en que si queremos conseguir grandes resultados en nuestro ámbito laboral no podemos generar y proyectar una necesidad de control sobre todo lo que hagamos, debemos entender y separar nuestras obligaciones de nuestras necesidades egoístas. Sí, debes hacerte responsable de lo que te corresponde como trabajador, depositando toda tu confianza en que si haces las cosas de manera correcta y con tu mejor energía, así serán los resultados que obtendrás... el control es el antagonista de la confianza; esto último lo podemos ver de una manera muy sencilla y clara en relaciones sentimentales, aquellas que no tienen una confianza plena y se basan como fundamento principal de su existencia en el control, la desconfianza y el control van de la mano... pero con todo en la vida. 

* No confío en que las cosas vayan a salir bien, por lo tanto pondré todo mi empeño en controlar las cosas para que salgan bien.
* No confío en que esta persona me vaya a amar, por lo tanto pondré todo mi ímpetu en generar necesidades afectivas y emocionales para controlar que me ame y pensar que eso es amor verdadero (cuando no lo es).
 Además de estos ejemplos, el control también se puede dar en nuestra parte psicologica-emocional-individual, esto quiere decir que muchas veces controlaremos (y me refiero solo de forma negativa) partes de nosotros para manipular asuntos externos.

Escribiendo esto he llegado a la conclusión que cuanto más nos desapegamos del fluir de la naturaleza y de la vida, más nos apegamos a la necesidad de control, a fin de cuentas somos seres controlados bajo un sistema que controlamos y hemos generado nosotros, que sabemos que necesitamos de su control y de nuestro control para creer, de manera errónea, que es la base de nuestra vida y que ahí hallaremos calidad, porvenir y felicidad. 

El control es la parte contraria a saber fluir con la vida y sobretodo al disfrute. Las personas que sufrimos necesidad de control nos hallamos muchas veces en situaciones donde realmente sufrimos y sufrimos porque nos generamos dependencias y ansiedades. La ansiedad corta las alas, nos hace hundirnos y ver la vida con unos cristales tan ahumados que apenas somos capaces de apreciar sus colores, la ansiedad nos encoge, nos irrita, nos afea por dentro y por fuera, nos genera incapacidad para sentirnos agradecidos y dichosos, nos convierte en seres dependientes, auto-humillados, que arrastran pesos incapaces de reconocer... Cuando emerge la ansiedad nacida por una necesidad de control, es como si apareciese un pez que se muerde la cola y todo penetra en un circulo vicioso que no para de repetirse una y otra vez, mientras nuestra cabeza parece cada vez más enganchada y nuestro corazón cada vez más dolido. 

Por eso os digo que la necesidad de control inmola, a mi personalmente me hace estallar por los aires y romperme en mil pedazos, me hace mentirme y hacerme daño, ver a las personas sin su grandeza, me crea paranoia, impulsos nacidos de emociones negativas y me aleja de la parte más bonita de mi misma. 

Soy bastante consciente que hay partes de "nuestra sombra" que no se pueden cambiar, al menos no del todo, pero por sueste también soy consciente de que esta parte de mi sombra sí que se puede cambiar, necesito paciencia y confianza pero sé que lo lograré. 

Uno de los aspectos más evidentes donde el ser humano tiene necesidad de control es en todo lo relacionado con la abundancia económica: tener dinero. Vivimos en una sociedad que nos ha generado una dependencia material y una necesidad en relación a ella, por suerte el universo ha hecho su magia misteriosa y nos ha dado también soluciones para soltar esa dependencia y generar lo que merecemos, lo que ocurre que para llegar hasta ahí principalmente necesitamos trabajar nuestra necesidad de control sobre el dinero. Imagina que intentas coger una energía, volátil y sensible con tus manos, tu impulso primario será apretarlo fuerte, tan fuerte que al ser como el humo le dará igual y se desvanecerá... Así funciona el dinero, no se trata de atosigarlo y amarrarlo, se trata de sentirlo y de hacer que quiera formar parte de ti como tú de él/ella (no sé si es una energía femenina, masculina o ambas), abre la mano y deja que se pose en tu palma sin tener la necesidad de cerrarla de golpe por miedo a perderlo todo... Respira hondo, confía, suelta tu control con este ámbito de tu vida, fluye y deja que emerja en ti todo lo que mereces, libérate. 

Cuando nace en mi esa obsesiva y enferma necesidad de control se aleja de mi la parte sabia, sana, conectada con la verdad del mundo y con ellas se alejan la felicidad, la abundancia, la dicha, la alegría, la comprensión, el auto-conocimiento, la paz, la tranquilidad... Si te pasa como a mi, quizás sea un buen momento para que empieces a desmontar esas bombas que nos colocamos en el pecho porque la sociedad cree que debe ser así, entiendo perfectamente que es complicado desapegarse de una condición y de una actitud en la que vivimos constantemente, debemos ser realistas y conscientes de que vivimos bajo el yugo de un control constante pero ¿sabes? existen salidas aunque no están para todos, solo para aquellos que saben que ese yugo nos atrapa con un nudo corredizo que se afloja, quita y suelta solo con el trabajo de tus manos, tu capacidad, tu voluntad y sobretodo tu mayor herramienta: ver la parte bonita de este juego llamado vida. 

2 comentarios:

  1. Pero qué bien escribes Amalia!!
    Llego a ti por una recomendación de un amigo y también seguidor tuyo.

    Después de haberte leído una decena de entradas seguidas (me han gustado todas) no me cabe la menor duda de que eres una escritora en toda regla.Si, creételo,me da igual que no hayas publicado un libro nunca. Eres escritora porque lo llevas dentro y eso se nota al leerte.

    Consigues conectar con el lector y ese es un don maravilloso.

    Y si no, tiempo al tiempo.
    Un abrazo y encantada de haber llegado a ti.

    P.D Aunque no lo creas, está especie de catarsis que estás haciendo al escribir, no solo te ayuda a ti, me siento muy identificada con tus ideas y con tu forma de sentir, con lo cual tus reflexiones nos sirven también a quienes te leemos.

    Otro abrazo y te sigo la pista. :-)

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    1. Muchas gracias Carmen! Me alegro mucho que te ayude :-) un beso para tí y para ese seguidor mío.

      Espero que con el paso del tiempo encuentre mi lugar entre las letras, mientras tanto leer y seguir escribiendo me ayuda a pulirme y a mejorar siendo fiel a mi misma.

      Un abrazo y muchísimas gracias de nuevo.

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