¿Sabes? todo hay que sentirlo, notarlo, palparlo en lo más profundo de tu ser...

lunes, 20 de febrero de 2017

LÍRICA Y RETÓRICA armas de destrucción...


Mi lírica y tu retórica cuando se juntan explotan juntas. A ti, que te gusta hablar más que a un tonto un lapicero y yo, que me lo creo todo porque he nacido demasiado inocente para los tiempos en los que nos movemos... con esta situación nos quedamos con las palabras dichas y otras tantas en la boca, pero sin duda eso es lo que más nos engatusa las ideas y nos convence la cabeza. 

Tu sibilina habilidad para contar, decir lo que sabes que los demás quieren escuchar, con tu capacidad comunicativa, que lo pinta todo fácil y me hace engañarme una vez más. Mi lírica llena de cosas bonitas, de realidad profunda y de emoción expuesta, consagrada y compartida. 

La retórica es ese arma de doble filo que le hace creer a quien te escucha, le invita a que se tire a la piscina y se convezca de que esas palabras, solo esas, no se las lleva el viento. Te impulsa en decisiones donde sales mal parado, porque se mete en la zona del deseo y de la ilusión (ilusa yo...), una vez dentro todo empieza a rodar, como un motor que arranca y me mueve a los impulsos más primarios y una ensoñación de película (¿por qué seré tan cándida?) y de ahí nace mi impetuosa y profunda lírica maquillándolo todo, engalanando el corazón, adentrándose y sacando las flores más bonitas de los lodos más densos.

Parece como si con tu estrategia aguardases entre tu habilidad, agazapado como un depredador en la tan nombrada retórica a pesar de lo que pueda suponer después, ignorando los efectos secundarios, los daños colaterales y las consecuencias, todo eso te da igual, porque te sacudes el cuerpo, te haces amigo del tiempo y te da por olvidar... mientras a mi esa parte siempre se me ha dado fatal, a si que yo me quedo con el amor cochambroso, la rabia adherida y los poemas que nacen antes, mientras y después de tu aparición y despedida. Esto es un consejo, ahora como conocida, no te envalentones con la palabra y tus discursos de bienvenida, por respeto a los demás, ya hemos descubierto que se te da bien despegar las alas y proseguir tu vuelo pensando que no habrá algo que te devuelva lo que has hecho, mientras dejas tus promesas sin cumplir y un montón de palabras medio enterradas en silencio.

A esto último me gustaría hacer un apunte y es que la vida es muy curiosa transmitiendo su mensaje, de lo que no te ocupas en su momento aparece unos años más tarde, cuando tu cabeza lo creía olvidado y tu cuerpo pensaba que solo tú eras la excepción del aprendizaje. A si que cuando menos te lo esperes, porque normalmente la vida juega "con esas" sabiendo que tenemos abajo nuestras defensas, aparecerá tu enseñanza con sabor a lo que dejas... no es rencor, es que la vida siempre funciona de esa manera, por eso la impecabilidad y las actos hechos con el corazón nos aseguran un futuro en calma y sin que nos aguarde una mala sorpresa. 

Mi lírica... mi lírica que siembro como el que siembra girasoles en las noches abiertas que parecen esperanzadoras y luego comienzan a girarse, anhelando el sol que se encuentra sobre las nubes, donde no se ve nada, donde la luz se esconde. Y de ahí nace una diferencia que suele ser abismal y enorme, un barranco que separa dos mudos y que lo corrompe todo. 

Aquí se guardan los recuerdos más bonitos y el secreto de quién soy realmente, aquí está todo lo que el resto de las personas desconocen de mi... mi lírica es mi exposición ante el mundo y mi terapia ante mi misma.

Entre la lírica y la retórica se construyen nebulosas vaporosas, efímeras... la trampa mortal para cualquier ingenuo. 

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